Descripción: new baner margenes

Fecha de presentación: 24/08/2020    Fecha de aceptación: 8/10/2020      Fecha de publicación: 6/11/2020

         ¿Cómo citar este artículo?

Castillo González, J. M., Rodríguez Quintana, A., & Pérez Lara, N. (mayo-agosto, 2020). La educación en valores desde la educación superior. Fundamento estratégico de la Revolución Cubana. Revista Márgenes, 8(2), 105-124.                                                            Recuperado de            http://revistas.uniss.edu.cu/index.php/margenes/issue/view/1118

TÍTULO: LA EDUCACIÓN EN VALORES DESDE LA EDUCACIÓN SUPERIOR. FUNDAMENTO ESTRATÉGICO DE LA REVOLUCIÓN CUBANA

TITLE: MORAL VALUES EDUCATION IN HIGHER EDUCATION. THE CUBAN REVOLUTION STRATEGIC FOUNDATIONS

Autores: MSc. José Manuel Castillo-González1, Lic. Carlos Alberto Rodríguez-Quintana2, Lic. Norberto Pérez-Lara3

1 Licenciado en Educación Especialidad Matemática. Máster en la Actividad Física Comunitaria. Profesor Auxiliar. Universidad de Sancti Spíritus “José Martí Pérez”, Centro Universitario Municipal de Taguasco, Sancti Spíritus, Cuba. Línea de investigación: Didáctica de la Matemática. ORCID: https://orcid.org/0000-0002-0519-9608 Correo electrónico: josemc@uniss.edu.cu

2  Licenciado en Cultura Física. Profesor Asistente. Universidad de Sancti Spíritus “José Martí Pérez”, Centro Universitario Municipal de Taguasco, Sancti Spíritus, Cuba. Línea de investigación: Las competencias profesionales. ORCID: https://orcid.org/0000-0001-8233-0983 Correo electrónico: carlosalbertorq@uniss.edu.cu

3 Licenciado en Cultura Física. Profesor Instructor. Universidad de Sancti Spíritus “José Martí Pérez”, Centro Universitario Municipal de Taguasco, Sancti Spíritus, Cuba. Línea de investigación: Didáctica de la Actividad Física. ORCID: https://orcid.org/0000-0003-4373-906X, Correo electrónico: norberto@uniss.edu.cu

RESUMEN

El presente artículo está relacionado con la formación y educación en valores en la universidad, retos que enfrenta la sociedad cubana actual. Se refieren a las normas morales, tradiciones, costumbres, hábitos, establecidos como conceptos, convicciones y principios humanistas, políticos e ideológicos acerca de lo bueno, lo malo, lo moral, lo honesto, lo humano, lo patriótico, los deberes y derechos propios y ajenos. Su objetivo es valorar la formación en valores de los estudiantes universitarios para lograr un profesional más integral y comprometido con la Revolución. Las principales conclusiones obtenidas destacan que los valores son elaboraciones sociales con significaciones colectivas personalizadas, manifestándose en sus relaciones sociales y atributos de las personas individuales, por lo que debe ser una acción planificada, orientada, y controlada por la familia, la escuela y la comunidad para formar a las nuevas generaciones en valores implícitos en todos los procesos sustantivos. La actual crisis existente en la educación y formación en valores en la universidad es una preocupación para la sociedad cubana y debe abordarse como una concepción de sistema que debe estar presente y materializarse en todo el trabajo y que permita lograr profesionales con una correcta educación en valores.

Palabras clave: crisis de valores; educación en valores; formación de valores; procesos sustantivos.

ABSTRACT

The moral values instilment and education at the university as challenges currently faced by Cuban society are addressed in this paper. Additionally, the moral standards, traditions and habits established as concepts, convictions and principles of a human, political and ideological nature about what is good, bad, moral, honest, human, patriotic and about the own and others´ rights and duties are dealt with. The paper´s objective is to appraise the moral values instilment of the university students in order to instruct better-educated professionals with a higher sense of commitment with the Revolution. As to the conclusions, the following were deemed relevant: moral values are a result of social interactions with a collective but personalized significance; they are conspicuous in the individuals´ social connections and traits; their instilment in new generations as part of all substantive processes is to be planned, directed and controlled by the family, the school and the community. The ongoing crisis in moral values instilment and education at the university is a primary concern for Cuban society and it should be approached as a system which contributes to the instruction of professionals with a high quality moral education.

Keywords: moral values crisis; moral values education; moral values instilment; substantive processes.

INTRODUCCIÓN

Desde el triunfo de la Revolución la educación de la joven generación, ha sido una constante fuente de investigación y de preocupación del sistema educacional cubano lo cual ha sido investigado por diferentes autores. El problema de la formación y educación en valores, según González Rodríguez & Cardentey García (2016) se ha convertido en un contenido de máxima urgencia en los diversos sistemas educativos de todo el mundo.

Las tendencias de pensamiento progresistas criticadas desde el mundo desarrollado capitalista, no hacen legítimos los sistemas, las ideologías y los procesos históricos de los demás países del mundo. La globalización de la economía, implica globalización de la información, donde las noticias internacionales son manipuladas por las agencias capitalistas más importantes del mundo y divulgadas por las diferentes vías de gestión de la información, donde los valores que se inculcan sobre el mundo y en especial sobre los países subdesarrollados, están dirigidos especialmente a la ética de lo material, por encima de la ética de lo espiritual. 

La caída del campo socialista y el surgimiento de un mundo unipolar globalizado trajo para Cuba, una notable influencia en la conciencia social pues apareció el pesimismo social, la incertidumbre, la falta de credibilidad, la pérdida de paradigmas y otras concepciones, que generaron crisis de valores. Para contrarrestar esta política agresiva, la lucha ideológica tiene que jugar un papel protagónico donde la labor patriótica, política e ideológica es uno de los eslabones fundamentales en las universidades.

En tal sentido, aplicar la concepción martiana de que hay que preparar a los jóvenes para dar respuestas a los problemas de sus tiempos y estar a la vanguardia en la época que le ha tocado vivir, pues son agentes dinámicos, activos y constituyen una fuerza decisiva en la edificación de la sociedad y el futuro. Así, los retos que enfrenta la sociedad cubana, exigen que se fortalezcan los valores para lograr un profesional más integral y comprometido con la Revolución, que sea capaz de realizar trabajo político e ideológico desde su trabajo hasta la sociedad.

La lucha revolucionaria ha sido históricamente una gran batalla de ideas y la Educación Superior desempeña un papel decisivo donde sus profesores ocupan la primera línea de combate y son unos de sus protagonistas principales ya que el Estado y el Partido le han encomendado la misión de conducir el proceso educativo que permita lograr la formación y desarrollo de las nuevas generaciones, donde se priorice la unidad de la instrucción y la educación. En tal sentido, según Chapa Alarcón: “el desarrollo de valores, la formación patriótica y la cultura integral tienen la primera prioridad en la labor de nuestras universidades, para lograr un graduado plenamente comprometido con su Patria” (2015, p. 773).

Las aseveraciones anteriores demandan, según Rojas Muñoz, 2019 la necesidad de profundizar en la educación en valores desde las Universidades Cubanas, constituyendo una importante tarea en la formación de las nuevas generaciones para que su comportamiento esté a la altura del momento histórico, donde se fortalezca la labor política e ideológica de la comunidad, el amor a la patria, a sus héroes, a sus símbolos de identidad nacional y local, permitiéndole a los integrantes de la comunidad universitaria identificarse con el pasado, presente y futuro de la Revolución Cubana como vía de desarrollo, para lo cual fue señalado como objetivo de este artículo: valorar la formación en valores de los estudiantes universitarios para lograr un profesional más integral y comprometido con la Revolución.

DESARROLLO

No se puede conformar la historia de la revolución, sin incluir en ella, la historia de los valores. La situación que presentaba la educación cubana antes de 1959 era muy deficiente y aunque en la República se emitió la Constitución de 1940 –la cual establecía el carácter obligatorio de la educación para todos los niños cubanos– el sistema educativo republicano se caracterizaba por la existencia de grandes desigualdades en el acceso a los recursos y a las oportunidades educativas. Todo esto traía consigo que la educación de los sectores más pobres de la sociedad era casi nula, aunque no se puede dejar de destacar, que sectores de la población de muy bajos ingresos, recibieran altos niveles de instrucción y formación en valores, ejemplo de esto están muchas personalidades de las guerras de liberación nacional, que, aunque no procedían de familias acomodadas tuvieran una excelente educación y formación de sus valores por los que creyeron, lucharon y dieron hasta sus vidas.

Posterior al triunfo revolucionario de 1959, la situación se ha revertido incuestionablemente, cambiando y mejorando cada día la calidad de vida del pueblo, de ahí la lucha sostenida durante todos estos años de revolución enfocada a la conservación de las tradiciones históricas del pueblo, formando valores esenciales como la independencia, la justicia social y la dignificación humana, que han devenido pilares de la Revolución y su obra. De manera particular, el triunfo revolucionario marca una etapa en la cual se jerarquiza lo relativo a la educación en valores de niños y jóvenes y se establece como prioridad el trabajo político e ideológico, para lo cual se perfeccionaron las vías y formas que promovían la participación activa y reflexiva, garantizando la efectividad en la formación de valores revolucionarios en las escuelas.

Ante los retos sociales, en 1995 se realizó una audiencia pública sobre la formación de valores por la Asamblea Nacional del Poder Popular, en la cual participaron diversos especialistas, y en 1998 se orientaron por el Ministerio de Educación (MINED) los lineamientos para fortalecer la formación de valores, la disciplina y la responsabilidad ciudadana desde la escuela.

Para Ripoll (2020) , la  educación  en valores comprende la educación como un proceso a escala de toda la sociedad en el marco del sistema de influencias y de la interacción del individuo con la sociedad con el fin de su socialización como sujeto activo y transformador, en lo que los valores histórico-culturales tienen un papel esencial donde en la Educación de un sujeto, (no, adolescente o joven) está presente  desde que se nace, y por supuesto, en los primeros momentos de la vida y durante su desarrollo.

Es así, que la familia (independientemente del nivel cultural o país donde viva) constantemente evalúa, o se cuestiona hasta donde ha llegado, cles son las manifestaciones adecuadas o no que asume el sujeto al que educa en términos de sentimientos, actitudes o conductas; de igual forma lo hace durante todo su desarrollo sistemáticamente. Entonces, busca o no un resultado de lo obtenido en el proceso educativo, esto no niega que en la medida que se educa, se obtiene escalonadamente un producto, “en este sentido podríamos asegurar que tanto educación como formación marchan de la mano integralmente” (Báxter, 2003, p. 11).

El problema de la formación o la educación en valores preocupa y ocupa a la comunidad educativa en Cuba como se demuestra en el texto anterior, lo cual exige una mayor eficiencia, eficacia y pertinencia de los procesos formativos en la enseñanza, no solo en cuanto a la elevación del nivel educativo de sus estudiantes, sino también en sus cualidades morales, donde la significación política e ideológica y metodológica de la implementación del Programa Director, el Concepto de Revolución expuesto por el Comandante en Jefe Fidel Castro y la indicación dada por el General de Ejército Raúl Castro donde el orden, la disciplina y la exigencia sean premisas de cada acción que planifiquemos para la educación en el sistema de valores de la Revolución Cubana.

El Estado Cubano considera como piedra angular de la Revolución el desarrollo y fortalecimiento de los valores, para lo cual fue diseñado el Programa Director de la Educación en Valores del Ministerio de Educación, (MINED, 2007), que destaca:

Educar es depositar en cada hombre toda la obra humana que le ha antecedido: es hacer a cada hombre resumen del mundo viviente, hasta el día en que vive; es ponerlo a nivel de su tiempo, para que flote sobre él y no dejarlo debajo de su tiempo, con lo que no podría salir a flote; es preparar al hombre para la vida. (p.26).

Este Programa  es considerado un importante instrumento de trabajo político ideológico para todos los educandos y ciudadanos, que debe ser desarrollado en todos los escenarios educativos y sociales del país, sobre la base de una Cultura General Integral, que permita estar plenamente identificado con su nacionalidad y patriotismo, al conocer y entender su pasado, enfrentar su presente y su preparación futura, adoptando conscientemente la opción del socialismo, que garantice la defensa de las conquistas sociales y la continuidad de la obra de la revolución, expresado con sus formas de sentir, pensar y actuar, en correspondencia con sus edades y momento de desarrollo personal, haciendo realidad las ideas de Fidel cuando expresó:

Para mí educar es sembrar valores, inculcar y desarrollar sentimientos, transformar a las criaturas que vienen al mundo con imperativos de la naturaleza, muchas veces contradictorias con las virtudes que más apreciamos, como la solidaridad, desprendimiento, valentía, fraternidad y otras (Castro Ruz, 2002, p.  2).

Este programa recoge, principalmente, doce valores en la sociedad cubana:

  1. HUMANISMO: Es el amor hacia los seres humanos y la preocupación por el desarrollo pleno de todos sobre la base de la JUSTICIA.
  2. PATRIOTISMO: Es lealtad a la historia de la Patria, la Revolución Socialista y la definición plena de defender sus principios para Cuba y para el mundo.
  3. DIGNIDAD: Es el respeto a sí mismo, a la patria y a la humanidad.
  4. SOLIDARIDAD: Es comprometerse en idea y acción con el bienestar de los otros, en la familia, la escuela, los colectivos laborales, la nación y hacia otros países, es estar siempre atento a toda masa humana que los rodea.
  5. HONRADEZ: se expresa en la rectitud e integridad en todos los ámbitos de la vida y en la acción de vivir con su propio trabajo y esfuerzo.
  6. RESPONSABILIDAD: Es el cumplimiento del compromiso contraído ante sí mismo, la familia, el colectivo y la sociedad.
  7. LABORIOSIDAD: Se aprecia en el máximo aprovechamiento de las actividades laborales y sociales que se realizan a partir de la conciencia de que el trabajo es la única fuente de riqueza, un deber social y la vía para la realización de los objetivos sociales y personales.
  8. HONESTIDAD: Se expresa al actuar de manera sincera, sencilla y veraz. Permite expresar un juicio crítico y ser capaz de reconocer sus errores en tiempo, lugar y forma adecuada, para contribuir al bien propio, colectivo y de la sociedad. Es lograr armonía entre el pensamiento, el discurso y la acción.
  9. VALENTÍA: Capacidad de enfrentar con decisión de vencer los peligros, las adversidades, las dificultades y los problemas.
  10. FIRMEZA: Capacidad para mantener todas sus convicciones con tenacidad e inteligencia, sin dejarse abatir por las dificultades y resistiendo todas las adversidades.
  11. COMBATIVIDAD: Es la persistencia valiente e inteligente en el entrenamiento, la competencia y la vida para alcanzar los objetivos y la victoria.
  12. JUSTICIA: Es el respeto a la igualdad social que se expresa en que los seres humanos sean acreedores de los mismos derechos y oportunidades, sin discriminación por diferencias de origen, edad, sexo, ocupación social, desarrollo físico, mental, cultura, color de la piel, credo y de cualquier otra índole.

Para entender todo este proceso de formación en valores, es necesario tener en cuenta que la educación es un proceso activo, complejo y contradictorio como parte de la formación de la personalidad, que se desarrolla en condiciones histórico-sociales determinadas, en las que intervienen diversos factores socializadores, como la familia, la comunidad, los medios de comunicación masiva, las organizaciones políticas y de masas, entre otros.

“Para formar valores los métodos a emplear en el proceso de enseñanza aprendizaje son los dirigidos a la conciencia, a la actividad y a la valoración” (Amador, 2001, p. 27), lo cual hace que el conocimiento se convierta en una necesidad para el estudiante, que sepa operar y encuentre el significado socialmente positivo que tienen estos en su desarrollo individual, solo será posible con el empleo de métodos eficaces.

La conceptualización del Modelo Económico y Social Cubano de desarrollo socialista, según se define por el Partido Comunista de Cuba como una de las fortalezas con que se cuenta para avanzar:

La firmeza de los valores esenciales arraigados en el pueblo cubano, entre los que sobresalen el humanismo, el patriotismo, el antimperialismo, la dignidad, la responsabilidad y la honradez; la elevada vocación solidaria e internacionalista, así como una cultura cimentada en las mejores tradiciones éticas y espirituales de nuestra historia. (PCC, 2016, p. 11)

De esta forma la educación de los valores, como componente esencial del trabajo político ideológico, constituye una dirección principal de la labor educativa y de todos los factores que intervienen en este proceso donde debe primar el amor a la Patria, a sus héroes y tener una firme convicción de la amenaza que representa el imperialismo, no solo para Cuba, sino para todos los países del mundo.

Los autores de este artículo consideran, que antes de hacer el análisis de las diferentes definiciones dadas por varios autores de valores debe conocerse, qué es la utilidad de la virtud y dignidad. Para abordar el primer término deben ser citadas tres personalidades del mundo y especialmente de Cuba, que son los ejemplos más genuinos, fieles y exactos de este: José Martí Pérez, Fidel Castro Ruz y Raúl Castro Ruz, quienes sin importarle algún beneficio propio han sido capaces de poner su vida y sus bienes personales en beneficio de la sociedad. Por su parte la dignidad hace referencia al valor inherente al ser humano en cuanto a ser racional, dotado de libertad y poder creador, pues las personas pueden modelar y mejorar sus vidas mediante la toma de decisiones y el ejercicio de su libertad, basada en el reconocimiento de la persona de ser merecedora de respeto sin importar sus cualidades personales.

De esta forma al reconocer y tolerar las diferencias de cada persona, para que esta se sienta digna y libre, se afirma la virtud y la propia dignidad del individuo, fundamentado en el respeto a cualquier otro ser. La dignidad es el resultado del buen equilibrio emocional. A su vez, una persona digna puede sentirse orgullosa de las consecuencias de sus actos y de quienes se han visto afectados por ellos, o culpable, si ha causado daños inmerecidos a otros. La misma dignidad, que pone por encima de la naturaleza al ser humano, puede transformarnos a nosotros mismos, contenerla, regularla, nos hace más responsables. Un exceso de dignidad puede fomentar el orgullo propio, pudiendo crear la sensación al individuo de tener derechos exclusivos (privilegios). La dignidad refuerza la personalidad, fomenta la sensación de plenitud y satisfacción, el ser humano posee dignidad por sí mismo, no viene dada por factores o individuos externos, se tiene desde el mismo instante de su nacimiento y es inalienable. Abordados estos dos puntos se puede afirmar que los valores son la significación socialmente positiva que tienen los objetos y fenómenos de la realidad para el hombre, grupo o una sociedad determinada.

Para Morejón, 2014, los valores son elaboraciones sociales que contienen significaciones colectivas personalizadas por cada individuo, quien las pone de manifiesto en sus relaciones sociales; es decir este autor, considera que para ser sociales también tienen que ser atributos de las personas individuales. Por su parte, Guerrero, Atalis & González (2018) plantean que en la actividad intelectual creadora el docente debe poner al estudiante en acciones de aprendizaje que faciliten su educación en valores.

Desde de punto de vista psicológico, los valores, posibilitan al joven valorar y orientar su relación con el mundo que le rodea, con los semejantes y consigo mismo. Estos forman parte del desarrollo moral, son determinaciones espirituales que designan la significación positiva de las cosas, hechos, fenómenos, relaciones y sujetos, para un individuo, un grupo o clase social, o la sociedad en su conjunto.

Sin embargo, para los valores sociales, existen varias clasificaciones, entre las que se encuentran: Políticos, históricos, científicos, económicos, jurídicos, éticos- morales, estéticos, filosóficos y religiosos. Esto demuestra que no se pueden ver, estudiar ni analizar como un ente independiente, hay que verlos como un todo, donde se fusiona la familia, la escuela, las instituciones estatales, las comunidades, las organizaciones políticas y de masa y los medios de difusión masiva.

Los autores de este artículo asumen lo planteado por Báxter (2007, p. VII) cuando plantea: 

Educar en valores es la acción planificada, orientada, y controlada que ejercen la familia, la escuela y la comunidad, mediante el ejemplo personal en la actuación de todos los adultos responsabilizados con la tarea o encargo social de formar a las nuevas generaciones y consideran que los valores son ideales que orientan la conducta humana, ayudan a tomar decisiones coherentes, se modifican históricamente y tienen expresiones distintas en los diversos contextos sociales.

El valor es algo muy ligado a la propia existencia de la persona, que afecta a su Conducta, configura y modela sus ideas y condiciona sus sentimientos, actitudes, sus modos de actuar. Es el significado social que se le atribuye a objetos y fenómenos de la realidad en una sociedad dada en el proceso de la actividad práctica en unas relaciones sociales concretas.

La misión social de la Universidad Cubana es la formación de profesionales con una cultura general integral donde se fragüen hombres dignos, responsables, humanos, honestos, honrados, patriotas, solidarios y laboriosos, entre otros valores, elementos que fueron concebidos a través de la Batalla de Ideas proclamada por Fidel. Para que esta, asuma el reto al que se ha hecho alusión anteriormente implica reconocer la responsabilidad de la formación y calificación de un profesional provisto de valores éticos y revolucionarios, según Morales, Trianes  &  Infante (2013),  lo demuestra en el desempeño de su profesión y ante la sociedad que sean capaces de influir en la solución de los principales problemas y en el desarrollo de la sociedad como un todo íntegro que desarrolle y preserve sus valores y su cultura que esté en  consonancia  con lo planteado por Báxter Pérez, 2007, p. 120) de que:

La educación existe desde el surgimiento de la humanidad, y su función consiste en trasmitir y educar en cada una de las nuevas generaciones, los conocimientos, habilidades, normas de conducta, las actitudes, emociones y satisfacciones de todo lo que acontece a su alrededor. 

Para Andrade Ubidia,  Barba Ayala  & Méndez Urresta (2017)la formación en valor debe estar implícito en todos los procesos sustantivos de la universidad, o sea, Extensión Universitaria, Superación, Ciencia y Técnica, Formación del profesional, Recursos Humanos, Financieros y Materiales y Defensa, los cuales no pueden verse de forma aisladas por lo que las acciones propuestas deben ir encaminadas a fortalecer el vínculo universidad – sociedad y ubicarse en el momento histórico en que se vive, para que el encuentro con el mundo que avanza con pasos acelerados, se adapte a las condiciones actuales de la educación cubana, donde se  fomenten sentimientos y valores humanos, razón de ser de la labor docente y se cumpla la máxima que “la educación no cambia al mundo, cambia a las personas que son las que cambian el mundo” y que constituyen objetivos de interés para el hombre, son puntos de referencia diaria en la actividad social, son fenómenos de la conciencia social, que expresan intereses en forma de ideas.

El proceso de formación de valores es complejo por lo que es necesario emplear métodos educativos y formas eficaces, que permitan extenderlos a la mayor área posible. Para alcanzar tales propósitos, se precisa de la persuasión como uno de los métodos fundamentales, además de la participación consciente y activa del sujeto en su propia formación, que llegue a inculcar de manera consciente y eficiente, en la psiquis del ser humano, la importancia del trabajo con valores y el perfeccionamiento de ellos como sostén de la Revolución. Los autores concuerdan que se puede inculcar algo positivo en el día a día para la vida de otras personas y sobre todo en la educación de valores en las instituciones docentes y en la comunidad, así como el papel educativo que desempeña el ejemplo personal en la formación de las nuevas generaciones, en correspondencia con lo expresado por (Castro Ruz, 2001, p. 5) al señalar:

Los oscuros nubarrones que se divisan hoy en el horizonte del mundo, no impedirán que los cubanos sigamos trabajando sin descanso en nuestros maravillosos programas sociales y culturales, conscientes de que estamos realizando una tarea humana sin paralelo en la historia. Y si las guerras que se prometen los convirtieran en simples sueños, caeríamos con honor defendiendo sus sueños.

Según Retamar, 2009, p.3, en su artículo ¿Crisis de valores en Cuba?

... abordar un tema tan complejo y espinoso como los valores, resulta necesario mirar la realidad objetivamente, tal cual es, sin adornarla ni denigrarla; sólo evaluarla sin apasionamientos innecesarios. y, si de eso se trata, simplemente tendremos que aceptar que –por más que nos duela – nuestra sociedad –y no sólo su segmento más joven– se encuentra inmersa en medio de una profunda crisis de valores.

Con independencia de las diferencias que, a causa del cambio generacional y de época, debe producirse en la sociedad cubana de estos días, no es menos cierto que se aprecia a todas luces, en la mayoría de las personas menores de cincuenta años un evidente abandono de las buenas costumbres, las tradiciones, normas morales, de convivencia social y de respeto mutuo; un creciente y peligroso irrespeto al derecho ajeno, a la propiedad social, al cuidado del entorno, a las personas mayores; y un crecimiento inversamente proporcional de la chabacanería, las malas conductas sociales, el desapego al trabajo, la violación de la ley y el incremento de las maneras incorrectas; la falta de educación formal, el desconocimiento y la falta de interés por la Historia patria y la lengua materna, la cultura autóctona.

Para Suárez (2019), la formación de valores, debe continuar siendo el centro de preocupación del país, pues no han cesado las circunstancias desfavorables que han creado la actual crisis de valores en la sociedad cubana, pues solo ha variado de forma, pero no de contenido y donde el concepto de “Hombre nuevo” concebido por el Che se ha visto en riesgo de formarlo.  Por esta causa la educación universitaria cubana tiene que revitalizar esta concepción formativa y ponerla a la altura de las necesidades de la época y escuchar con más atención las tradiciones de la sociedad socialista que marcarán el rumbo del futuro educativo del país. Así, los valores han constituido el arma fundamental de La Revolución, para enfrentar al enemigo y las nuevas generaciones deben tomar conciencia del papel que les corresponde jugar en el presente y el futuro garantizando la continuidad y desarrollo del sistema socialista cubano, para lo cual la Universidad tiene que formar jóvenes con convicciones a favor del progreso social.

Según, el Grupo Interdisciplinar (2018), la tarea actual de formar a las nuevas generaciones requiere de la interacción de las instituciones educativas universitarias y agentes socializadores de la comunidad en la labor de preparar ciudadanos integrales. En tal sentido hay que tener en cuenta el rol que deben jugar los medios masivos de comunicación, las organizaciones estudiantiles y sociales, los Organismos de la Administración del Estado, la comunidad y la familia que permita hacer realidad que la educación es tarea de todos y donde se refute las teorías de que  se vive en una sociedad sin valores; otros que han aparecido nuevos; también hay quien dice que el problema está en la existencia de multivariedad, lo que produce confusión y desorientación en la actuación y valoración de los seres humanos, por lo que valdría la pena abordar el asunto teniendo en cuenta que en todas las sociedades y en las diferentes épocas, el hombre como guía ha tenido que enfrentar sus propios retos de desarrollo, razón que obliga a la sociedad cubana a buscar que sean los rasgos característicos de la sociedad cubana y en particular de la juventud con su participación consciente y activa en su propia formación.

Es así que, en el proceso docente – educativo actual, que se lleva a cabo en las universidades cubanas, están fundamentados y enmarcados por los valores, ya que este debe ocuparse, no solo de trasmitir conocimientos, sino depurar la conciencia para que el estudiante sea capaz de enfrentar en cada situación que se le presente en su vida profesional y personal las exigencias que se le presente para actuar en función de sus valores socialistas. De aquí que el desarrollo del pensamiento, junto con la formación de los sentimientos y valores, debe entenderse como una unidad e integrarse y no contraponerse, debe entenderse como un proceso de enriquecimiento de la personalidad donde se logre un acercamiento entre el sistema subjetivo de valores, manteniendo el doble carácter (colectivista e individual) en la educación y desarrollando la personalidad a partir del comprometimiento del sujeto con lo que asume como valor. Según Martínez:

El valor como un elemento de la conciencia (social e individual) expresa la significación social positiva, buena, en contraposición al mal, de un fenómeno (hecho, acto de conducta), en forma de principios, normas o representaciones sobre los bueno o malo, justo, digno, etc. Que posibilita la valoración, orientación y regulación de la actitud y conducta de los individuos hacia la reafirmación del progreso moral, el crecimiento del humanismo y el perfeccionamiento humano. (2002, p. 40)

En correspondencia con lo citado anteriormente sobre la crisis de valores en la sociedad cubana actual originados principalmente por factores internos y externos se precisa influir sobre sus principales causas: el hombre, el injusto y cruel bloqueo a que ha sido sometida Cuba por los Estados Unidos de América, el período especial, la crisis económica del mundo y la globalización neoliberal. Ante tal reto la universidad, según Chapa Alarcón (2015) debe proyectar acciones de conjunto con la comunidad, que permitan el rescate y fortalecimiento de estos.

En la sociedad actual cubana se aprecia un evidente abandono de las buenas costumbres, las tradiciones, normas morales, de convivencia social y de respeto mutuo.

Este fenómeno es observado en los diversos grupos sociales de diferentes generaciones, sin embargo, tienen como denominador común haber nacido y crecido dentro del proceso revolucionario posterior al triunfo de la Revolución cubana y en el caso particular de los jóvenes que componen la comunidad universitaria, se observan con marcado énfasis la falta de cuidado de la propiedad social  y del entorno, insuficientes hábitos de educación formal hacia las personas mayores, las inadecuadas conductas sociales, el desamor al trabajo, el desconocimiento y la falta de interés por la Historia patria, lo cual va en detrimento del buen funcionamiento de la familia, de la comunidad, de la escuela, del centro laboral y de la sociedad en su conjunto.

Lo anteriormente expuesto, permite afirmar que dentro del trabajo de la universidad, la formación y la educación en valores de los alumnos y la comunidad universitaria deben estar constantemente en perfeccionamiento, lo cual exige una sólida preparación pedagógica y didáctica para enfrentar los nuevos retos, donde los docentes tienen el rol fundamental en la orientación del proceso pedagógico; de su preparación y actuación depende, en gran medida, la posibilidad de dirigir con éxito la educación integral de los futuros profesionales.

En correspondencia con la limitación detectada en la formación y educación en valores se propone un conjunto de actividades, que permiten potenciar esta actividad en la comunidad universitaria, concebidas sobre la base de los problemas detectados, como una tarea primordial que da repuesta a la necesidad de fortalecer y perfeccionar la labor política e ideológica en la educación de la conciencia revolucionaria del pueblo, llevando implícito además un sentido motivacional, que se sustenta en la formación de sus necesidades, permitiendo la ejecución de las actividades de una manera sencilla y  creativa y donde se tenga en cuenta:

·        Cada actividad debe estar precedida de una motivación.

·        Cultivar el Amor como esencia en la formación y educación de los valores.

·        No se pone límite al conocimiento sobre los valores en la realización de las actividades previstas.

·        Se deben realizar las actividades con una previa coordinación y con la utilización de métodos variados, para lograr una mayor efectividad.

Propuesta de un conjunto de acciones que permitan potenciar la formación y educación en valores, que, a juicio de los autores de este artículo, se pueden citar:

  1. Realizar un diagnóstico para saber el estado actual del conocimiento que tienen los estudiantes, profesores y la comunidad, sobre los valores.
  2. Perfeccionar las cátedras de formación de valores: Cátedra Martiana, del Adulto Mayor; Cátedras Honoríficas, entre otras para socializar los conocimientos adquiridos. 
  3. Elaborar el plan de superación político-ideológica de la universidad en alianza con las organizaciones políticas y sociales comunitarias que permita elevar el nivel político-ideológico de los miembros de comunidad universitaria.
  4. Realizar equipos de trabajo en la universidad que representen al CUM en los distintos centros, organizaciones o instituciones, para potenciar el amor a la Patria, a sus Símbolos y Atributos Nacionales y a sus Mártires.
  5. Realizar actividades conjuntas, profesores, alumnos y familia para el conocimiento de los valores.
  6. Desarrollar talleres sobre las efemérides nacionales y locales para elevar la cultura general integral de los miembros de la comunidad universitaria.
  7. Participación de los profesores, alumnos y trabajadores de la universidad, de conjunto con la comunidad, en las actividades productivas, de desarrollo local que permitan inculcar la voluntad y la laboriosidad.
  8. Realizar conversatorios y charlas educativas sobre los héroes locales y las figuras de las luchas independentistas cubanas, elevando el compromiso moral y patriótico de la población con la participación de personalidades de la localidad.
  9. Establecer conversatorios entre los profesores, alumnos, trabajadores y la comunidad para resaltar la importancia del amor a la Patria, la honestidad y la responsabilidad.
  10.  Realizar acciones de información política y trabajo con valores, en los centros de trabajos de la comunidad.
  11.  Efectuar las asambleas educativas, docentes y de formación integral con los estudiantes.
  12.  Realizar visitas a monumentos, museos y sitios históricos de la localidad y nacionales.

CONCLUSIONES

A pesar de la importancia que tiene la educación moral e ideología para las presentes y futuras generaciones y de los esfuerzos realizados por el estado en virtud de su desarrollo, aún existen deficiencias que obstaculizan la formación de valores en los estudiantes.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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