Fecha de presentación: 3/919 Fecha de aceptación: 29/9/2019 Fecha de publicación: 15/11/2019

 

LA FORMACIÓN DE LA IDENTIDAD PROFESIONAL PEDAGÓGICA DESDE LOS PROCESOS UNIVERSITARIOS

THE FORMATION OF THE PEDAGOGIC PROFESSIONAL IDENTITY FROM THE UNIVERSITY PROCESSES

Julia Esther Céspedes-Acuña1, Blanca Cortón-Romero 2, Ángel Luis Cintra-Lugones 3

 

1Dra. en Ciencias Pedagógicas. Profesor Titular de la Universidad de Oriente. Santiago de Cuba. Profesor Consultante, ORCID: 0000-0003-1467-1393. Email: estherca@uo.edu.cu 2Dra. En Ciencias Pedagógicas. Profesor Titular de la Universidad de Oriente. Santiago de Cuba. ORCID: 0000-0002-0114-2228 Email: blanca@uo.edu.cu  3 Dr. En Ciencias Pedagógicas. Profesor Titular de la Universidad de Oriente. Santiago de Cuba. ORCID: 0000-0002-2967-6894 Email: cintra@uo.edu.cu

 

¿Cómo citar este artículo?

Céspedes Acuña, J. E., Cortón Romero, B. y Cintra Lugones, A.  L. (noviembre-febrero, 2019). La formación de la identidad profesional pedagógica desde los procesos universitarios.  Pedagogía y Sociedad, 22(56), 3-17. Recuperado de http://revistas.uniss.edu.cu/index.php/pedagogia-y-sociedad/article/view/971

 

RESUMEN

El proyecto “Cultura profesional pedagógica e identidad cultural latinoamericana y cubana”, con sede en la Universidad de Oriente de Santiago de Cuba, contribuye, desde su alcance, al perfeccionamiento del proceso de formación de profesionales de la educación, sobre la base de la formación de una cultura profesional pedagógica y la consolidación de la identidad cultural cubana y latinoamericana, lo cual incidirá en el perfeccionamiento de la calidad de los egresados de las carreras pedagógicas y consolidación del sentido de pertenencia a partir del conocimiento de las tradiciones y el patrimonio cultural pedagógico cubano, latinoamericano, y consiguientemente del trabajo en las instituciones educacionales del país. Un estudio acerca de la identidad profesional constituye parte de los fundamentos realizados. Los métodos teóricos utilizados fueron el


análisis documental, que ha facilitado el estudio y análisis de las literaturas especializadas y actualizadas, la revisión documental de artículos que permitan asumir disímiles posiciones. Fue de gran utilidad el método hermenéutico para la comprensión, explicación e interpretación de los datos contenidos en la bibliografía consultada.

Palabras clave: cultura profesional; cultura profesional pedagógica; identidad; identidad profesional pedagógica

ABSTRACT

The project pedagogic professional Culture and identity cultural Latin American and Cuban", with headquarters in the University of East of Santiago from Cuba, it contributes, from their reach, to the improvement of the process of professionals' of the education formation, on the base of the formation of a pedagogic professional culture and the consolidation of the Cuban and Latin American cultural identity, that which will impact in the improvement of the quality of the egresados of the pedagogic careers and consolidation of the sense of ownership starting from the knowledge of the traditions and the Cuban pedagogic cultural patrimony, Latin American, and consequently of the work in the educational institutions of the country. A study about the professional identity constitutes part of the carried out foundations. The used theoretical methods were the documental analysis that has facilitated the study and analysis of the specialized and modernized literatures, as well as articles that allow assuming dissimilar positions. It was of great utility the hermeneutic method for the understanding, explanation and interpretation of the contained data in the consulted bibliography.

Words key: professional culture; pedagogic professional culture; identity; cultural identity 

INTRODUCCIÓN

C

omo parte de la labor científico investigativa del Ministerio de Educación Superior en Cuba, y auspiciado por la  vicerrectoría de Investigación y Postgrado en la Universidad Central de Las Villas, se desarrolla el Programa La identidad cultural cubana y latinoamericana. Vías para su fortalecimiento ante las transformaciones económicas y sociales del mundo contemporáneo, el cual abrió sus puertas a la concepción de proyectos de investigación en el país. Entre los proyectos aprobados, se encuentra “Cultura profesional pedagógica e identidad cultural latinoamericana y cubana”, cuya entidad ejecutora principal, la constituyen docentes de la Universidad de Oriente en Santiago de Cuba.

El objetivo general del proyecto es proponer acciones para perfeccionar la formación de la cultura profesional pedagógica desde los procesos universitarios como contribución a la consolidación de la identidad cultural cubana y latinoamericana.

Constituyen antecedentes en la elaboración de este proyecto, los resultados de investigaciones y proyectos relacionados con la escuela como centro cultural de la comunidad, la cultura escolar como espacio de sistematización de las ciencias de la educación, la formación de la cultura histórica profesional en los profesionales de la educación, así como resultados de tesis de doctorado, maestría y del trabajo científico estudiantil desarrolladas y/o tutoradas por miembros del colectivo de investigadores.

En la concepción inicial del proyecto, se delimitaron métodos del nivel teórico cuya definición dependerá de la operacionalización de las variables conceptualizadas en el proceso de construcción del marco teórico referencial, tarea que tiene en cuenta: Conocimiento del contenido de los conceptos cultura profesional pedagógica, e identidad profesional pedagógica.

-        Rasgos de la cultura profesional pedagógica.

-        Grado de identificación con la profesión (factores positivos y negativos que inciden en esa identificación).

-        Visión del maestro de los docentes, los estudiantes, la sociedad.

-        Conocimiento de la tradición del magisterio latinoamericano, cubano y santiaguero (aportes a la pedagogía, vida y obra de educadores destacados)

-        Criterios acerca de si existe una pedagogía cubana y latinoamericana.

-        Contribución de los procesos de formación inicial y permanente a la construcción de la identidad profesional pedagógica.

-        Insuficiencias de los procesos de formación que inciden negativamente en la motivación y la identificación con la profesión pedagógica.

Tres aspectos resultan significativos en la puesta en práctica del proyecto: la delimitación de las actividades, los objetivos y los resultados esperados. La sistematización de los resultados científicos relacionados con la identidad profesional pedagógica, así como la elaboración del marco teórico conceptual para el análisis del proceso de formación de la cultura pedagógica profesional en su interrelación con la construcción de la identidad cultural cubana y latinoamericana, fueron las primeras actividades, con la intención de elaborar el marco teórico conceptual, la presente propuesta solo abordará la categoría identidad profesional.

DESARROLLO

El panorama del mundo de hoy, caracterizado por el gran impacto de las tecnologías de la información, en un proceso de globalización que genera la fácil diseminación de los procesos económicos, sociales e ideológicos, demanda aspectos de interés para los estudios de cambios culturales y sociales. Estos procesos que aceleran la transculturación, facilitan que la cultura de los pueblos de países subdesarrollados, sean atraídas por otros de mayor desarrollo económico-social.

En tal sentido, los pueblos pueden resistirse a cambios en la esfera cultural, pero es imposible impedir la influencia de nuevos aspectos, e ir modificando formas de pensar y actuar, de ahí que, en la medida que el profesional universitario posea mayores conocimientos, aumentará su desarrollo formativo cultural; el resultado podría ser entonces, la consolidación de su cultura profesional.

La preocupación por la problemática de la cultura profesional ha existido siempre, pero, por las razones antes expuestas, cobra una significación especial y se convierte en aspecto de atención en las universidades. El dilema es ¿Están preparados nuestros profesionales para enfrentar esta problemática? 

La cultura vive en la historia y encarna irrenunciablemente en un pueblo, haciéndose reconocible por ir marcando cierto perfil ético, estético, vital, social, religioso, epistemológico y filosófico. En tal sentido, los fenómenos culturales requieren de un enfoque integral ya que la cultura es un sistema complejo que funciona con integralidad y dinamismo, y necesita además de una adecuada comunicación, en la difusión e intercambio de valores espirituales.

Se ha demostrado el carácter objetivo e inevitable de la globalización; proceso que surge como resultado del desarrollo natural de la humanidad acelerado con el sistema capitalista y el impacto de la Revolución Científico Técnica contemporánea, que generan la tendencia hacia la interdependencia, interconexión, socialización de procesos económicos, e influye en las demás esferas de la vida social.

Este proceso, unido a la crisis y caída del campo socialista creó incertidumbre, siendo uno de sus presupuestos en el orden de las ideas el fracaso de los proyectos defendidos e iniciados por la modernidad. Contradictoriamente, se ha producido la afirmación de la identidad cultural al considerar que la cultura aporta cohesión y sentido a los pueblos, condición indispensable al analizar la identidad en su dimensión social como interconexión del proceso social de los individuos, las comunidades, los pueblos y los estados en virtud de múltiples y complejas interrelaciones que son “en última instancia”, al estilo de C. Marx, culturales, entendida la cultura en su más amplio sentido  (Álvarez, 2016).   

Las problemáticas esenciales a la hora de abordar al fenómeno cultura -categoría esta que deviene en compleja y sustentada en la diversidad de criterios, amplitud y enfoques que de ella se tienen- constituyen una necesidad pues acercarse  a la dinámica concreta de su devenir, ocupa un lugar importante en su análisis para la labor educativa, política e ideológica de los docentes en cada Institución pedagógica (concreción en el nivel micro) en busca de profundizar en los factores que posibilitan, propician y garantizan la manutención y conservación de la cultura, a través de la participación viva y activa de los discentes que la conforman y su correspondencia con el ideal ideológico de la sociedad.

En tal sentido, la defensa de la identidad nacional y patrimonio cultural histórico, lucha en constante desafió con la industria cultural foránea tratando de preservar lo autóctono a partir del conocimiento y respeto de los valores culturales de humanidad. De esta forma, resulta importante la necesaria generalización del acceso a la instrucción donde todos los ciudadanos tengan la posibilidad de un enriquecimiento cultural en el orden artístico, como el camino que contribuye a ser más participativo.

Para entender la diversidad de conceptos sobre cultura, se reconocen criterios de Tylor, 2003 (citados en Álvarez, 2016) al considerar la cultura, en sentido etnográfico amplio, como todo aquel complejo que incluye el conocimiento, las creencias, el arte, la moral, el derecho, las costumbres y cualesquiera otros hábitos y capacidades adquiridos por el hombre en cuanto miembro de la sociedad. Este concepto valora la cultura como un todo, que abarca diversos aspectos del fenómeno cultural, enfatizando al papel de la sociedad, resultado del proceso histórico y el hombre como portador de cultura. 

Es así como el concepto de cultura ha evolucionado, precisamente adquiriendo gran significado en la década de los 80 entendiéndose como:

-        Conjunto de rasgos distintivos, espirituales y materiales, intelectuales y efectivos que caracterizan una sociedad o grupo social.

-        Engloba las artes y las letras.

-        Abarca los modos de vida.

-        Considera los derechos fundamentales del ser humano.

-        Tiene en cuenta los sistemas de valores.

-        Considera las tradiciones y las creencias.

La cultura concibe al hombre como sujeto activo, dotado de conocimientos, principal agente y resultado, cuyo soporte se sustenta en su propia actividad; comprende satisfacción material y espiritual y ejerce un gran papel en la formación del hombre en sociedad donde el docente constituye un activista fundamental atendiendo a la complejidad de los contextos de actuación, se coincide con Conesa, (2017) al considerar que con la cultura se aprende, es acumulativa y además transmisible.

La noción de formación en profesionales se sustenta en la relación cultura-profesión, la cultura entendida desde esta perspectiva, se relaciona con la profesión en la medida en que se favorece el objeto del conocimiento y de la profesión al penetrar en la esencia de los problemas de su tiempo, descubrir sus causas, establecer nuevas generalizaciones y  pensar de manera acertada y creadora en la profesión. Así, se realizan sus actividades en contextos específicos condicionados fuertemente por una cultura de pertenencia y por su ubicación socio-económica, desarrollando profesionalidad.

El desarrollo de la profesionalidad requiere entonces de actividades que condicionen el movimiento ascendente del propio proceso, de modo que se oriente a lograr integralidad tal como demanda la sociedad contemporánea. Atendiendo a nuestros fines la profesionalidad se asocia al dominio del contenido, la auto preparación constante, la capacidad de reflexión, el establecimiento de relaciones comunicativas, el compromiso ante tarea, la flexibilidad en su actuación, aspectos que exigen una acertada preparación y proyección estética y ética.

Estudios investigativos revelan que la profesionalidad se va adquiriendo a partir del proceso evolutivo del hombre en sociedad y la adquisición con esta, de los elementos culturales, procedimentales, actitudinales y axiológicos que le dan las herramientas apropiadas para su colaboración en su contexto social. La profesionalidad se asocia al vínculo con la preparación (científico, metodológica) y desempeño (con independencia, creatividad y carácter sistémico), aspectos significativos abordados por Vaillant, (2015).

Desde otra perspectiva, el fenómeno de cultura profesional se orienta en las universidades a la obtención de conocimientos, habilidades, actitudes, valores ético-morales, entre otros, a partir de contenidos referidos al perfil profesional, es así que adquiere significado el proceso de transferencia de los mismos donde el proceso de enseñanza-aprendizaje alcanza cada vez niveles superiores, dando lugar a una formación en principios y valores, los cuales se convierten necesariamente en la directriz esencial a lo largo de su profesión (Cuadrens et al. 2018).

Entonces la construcción de la cultura profesional implica, por un lado, cómo los estudiantes universitarios se identifican en grupos de individuos; pero también en vínculo a los demás, (individuos y grupos) esta dinámica de la autodefinición cultural en el sentido profesional implica un continuo y constante conocimiento del quehacer cultural.

Precisamente, la cultura profesional se concreta en la práctica, al poder transformar creativamente el entorno, dotado además de capacidades y potencialidades en vínculo a su contexto socio histórico.

Es por eso que en su formación se requiere educar desde la cultura, en la cultura y para la cultura, general y de la profesión. Es por tanto la educación la que emerge como reproducción cultural y social, de ahí que se reconozca al educador como tributario, por excelencia, de la cultura que transmite y en la medida que este se desarrolla culturalmente, consolida su identidad profesional (Batista, 2017).

Por tanto, la cultura y la profesión son conceptos claves para entender la cultura profesional, la que se construye desde un enfoque multicultural y explica, justifica o determina las relaciones humanas (Céspedes, 2018).

Para consolidar la cultura profesional es necesario que se reconozca la naturaleza multicultural e intercultural de los estudiantes. Precisamente, los centros formadores de profesionales están llamados a promover una educación en la diversidad cultural, donde se reconoce, aprovecha y alienta la diferencia cultural, así como la preparación en la profesión que puede tener una salida en la construcción de proyectos investigativos, como uno de los caminos para consolidar la identidad profesional.

Se es del criterio que, en su accesión más general, los proyectos investigativos de cualquier naturaleza, constituyen actividades planificadas e interrelacionadas y coordinadas entre sí con un propósito o fin, de manera que se anticipa algo, e implica a una o varias personas para lograr lo planificado. Ellos provocan impactos en la sociedad a través de actividades coherentemente estructuradas para transformar la realidad existente.

Inicialmente los proyectos elaboran su sustento teórico, de ahí que su primera tarea constituya la elaboración del marco conceptual; en nuestro estudio se parte de una sistematización de los resultados científicos relacionados con la temática, asumiendo la sistematización como el grado de generalización de conocimientos para la elaboración de un nuevo conocimiento.

El problema de la identidad es hoy foco de atención de todas las ciencias sociales; de lo que se puede deducir que los esquemas interpretativos alrededor a esta categoría, son esencialmente sociales, asociados a la acción humana, prisma a través del cual se descubren, comprenden y examinan todos los demás aspectos de interés de la vida contemporánea (Restrepo, 2012).

La identidad suele ser abordada como construcción social que expresa la percepción del individuo, de sí, en cada momento y lugar, a diferencia de otro. Es un fenómeno complejo, que encierra tendencias ocultas que tiene momentos de continuidad y permanencia de ahí que la institución de una identidad transforma la cultura general que la integran en pos de una unidad no sólo territorial sino también ideológica (Margarito-Gaspar, 2018).

Comienza a manifestarse en el momento en que se advierte una diferencia –lo cual puede parecer paradójico si de identidad se trata– la identidad resume algo que no sólo existe, sino que se  siente y se asume colectivamente, el contenido del concepto identidad cultural, desde su posición, lo engloba todo, incluso lo nacional, de ahí que se considere el concepto de identidad cultural más abarcador que el de nación.

La identidad es valorada igualmente en su carácter históricamente determinado, resultado de las relaciones sociales y de la percepción que de ello tiene el hombre en cada momento y lugar histórico-concreto. Araujo (2005), valora “la identidad como signos histórico-culturales que determinan la especificidad de la región y con ello, la posibilidad de su reconocimiento en una relación con la comprensión del nexo entre lo igual y lo diferente” (p. 151).

Como apunta Díaz-Polanco (2006), la identidad se construye, de ahí su sentido histórico y se conforma en contextos complejos que incluyen la presencia de otras culturas respecto a las cuales se define la propia pertenencia, por tanto, no son inmunes a las transformaciones, no se pueden ignorar las determinaciones socio-económicas y clasistas de la identidad. No tienen una esencia invariable por encima de la historia, sino que “se hacen y se deshacen” (Díaz-Polanco, 2006, p. 8), por eso expresa la continuidad de la historia como reflejo de su devenir.

La identidad al decir de Molano, 2007, consiste en reconocer y apropiarse  de la memoria histórica del pasado, un pasado que a través del devenir de los años puede ser reconstruido, reinventado o rehecho y que es conocido y adecuado para todos

La continuidad de una nación en el tiempo, o los bienes asociados al pasado, suelen asociarse también por investigadores del tema identidad, también como memoria, auto-reconocimiento, referencia, formas de ser, de valores y de códigos en los cuales las personas se reconocen y asemejan.

El carácter dinámico de las identidades está determinado porque, mientras existen, cambian, se adaptan y realizan constantes ajustes internos, incluso son internamente heterogéneas. En tal sentido, continúa valorando Díaz-Polanco, los grupos identitarios no son entidades completamente homogéneas, armoniosas y estables, ni están exentas de tensiones, sino que tienen que resolver conflictos internos permanentemente, en la medida en que en su seno existen subgrupos entre los que se pueden generar contradicciones y opciones.

Por consiguiente, existen identidades múltiples, jerarquizadas cuyos sistemas identitarios constituyen campos para la auto reflexión y la crítica, no solo para la adhesión; para la elección y el disenso, no solo para el consenso. Tal es así que la permanencia en un sistema identitario pasa por una elección reflexiva, por la prueba del disenso y por la elección voluntaria de mantener la pertenencia (Díaz-Polanco, 2006).

En tal sentido, la identidad construye signos históricos culturales. Es así como, a nivel social, los grupos sociales elaboran imágenes de sí mismos con las que se identifican y deviene en comunidad de proyectos, juicios y valores compartidos. Existen grupos que tienen los mismos gustos, valores, dígase, intelectuales, médicos, maestros y a una escala macro, a nivel de nación: cubanos, yanquis, etc. Esto es así porque cada persona porta una identidad, pero porta en sí toda la historia de su pueblo, de su raza, de su nación, de su grupo.

Para Torre (2001) “la identidad no se decreta. Nadie por concepciones teóricas ni ideológicas, de convivencia política, ni argumentos de ninguna clase puede decir que este pueblo es así o este elemento de identidad es importante. La gente vive, recuerda y percibe” (p. 8). A partir de entonces se deriva el lugar que en el proceso de formación de la identidad les concierne a las vivencias del sujeto, elaborada a partir de lo que este recuerda y percibe.

En el actual contexto mundial, se asiste a un proceso de globalización mundial, que no niega, sino que distingue diversos criterios respeto a las identidades como maneras de manifestar el sentido de lo propio y nuevas formas de apropiarse de ellas. Es así como, las identidades se mueven y dinamizan, se transforman y transfiguran a una velocidad no vista antes, dado por el actual proceso de internacionalización (Medina, 2010).

Como apunta Garreta (2003), la identidad crea los fundamentos sobre los que se construye una convivencia armónica, de ahí que sea significativo destacar el papel protagonista del docente en la construcción de la identidad intercultural de las nuevas generaciones, de ahí que, la identidad profesional está asociada a lo que el individuo hace de sí mismo en relación a su grupo profesional de referencia, en un espacio y un tiempo determinado, según Ramírez (2009).

La identidad es un concepto que examina diversos fenómenos y procesos humanos, por lo que se ha convertido en herramienta para el estudio de una amplia variedad de fenómenos como las relaciones de poder, la división y la cohesión social, la relación entre los procesos emocionales y cognitivos, el lugar que ocupan los individuos en los grupos, los patrones y las tendencias discursivas, la sensación de ser parecido o de ser distinto, el reconocimiento social y lo que no es menos importante en el marco de este monográfico, el sentido de pertenencia en los contextos educativos (Coll y Falsafi, 2010, p. 20).

A este respecto, y desde la perspectiva de los autores, se significan como características generales las siguientes:

1.     La identidad es construcción social, por cuanto se construye en un largo proceso histórico social, a partir de las características étnicas, económicas, geográficas, entre otras, de los individuos y pueblos.

2.     Se fundamenta en relaciones sociales: De ahí que prime interacción, es decir, dar y recibir.

3.     La identidad es percepción del hombre: Porque nos dice cómo se percibe y cómo es percibido este por los demás. Se erige como eje diferenciador para pertenecer o no.

4.     La identidad es sentimiento, es reconocimiento, colectividad, cultura, forma de expresarse: La percepción del hombre se forma en la colectividad, en sus relaciones sociales. Se expande en la expresión: Lengua, poesía, costumbres.

5.     Reconoce, comunidad inmediata, comunidad amplia, proceso abierto, devenir histórico: Proporciona lo particular y lo universal del concepto, lo regional, nacional, general de cada tiempo histórico.

6.     Resume algo que no sólo existe en sí, sino que lo sentimos y asumimos colectivamente, es un rasgo cualificador de legitimación ante el otro.

7.     Siendo una manifestación diferenciadora, su diferenciación se produce en el ámbito de una unidad.

8.     La identidad no debe ser considerada un medio diferenciador, sino una vía hacia la universalidad.

9.     La diversidad es parte consustancial de lo humano, por tanto, no necesita ser tolerada, exige ser preservada como expresión de la riqueza cultural y social

10. Se forma a través de las rebeldías, los acomodos y las iniciativas en la cotidianidad.

El sentirse identificado con la profesión se define como identidad profesional; es asumir el encargo social para el cual la persona se ha preparado en una especialidad, con satisfacción, autonomía, compromiso, responsabilidad y conciencia de por qué y para qué se estudió esa y no otra y cuál es la posición a asumir ante las exigencias sociales de la profesión (Matos, 2007), objetivo logrado después de haber transitado por una gran cantidad de obstáculos, es decir, como un proceso acabado.

El proceso de construcción y consolidación de la identidad profesional se inicia desde que el estudiante ingresa a la carrera, por lo que, existen disímiles niveles de construcción de la identidad, de mayor y menor grado de generalidad relacionadas entre sí. Es un proceso que no se acaba nunca, por eso se construye, siendo imprescindible para definirla, el otro.

La identidad profesional pedagógica integra los conocimientos y habilidades profesionales necesarios para el buen desempeño de la función social del docente, con la obtención de resultados satisfactorios, con los valores morales y humanistas que mueven la actitud y la conducta que se asume en la labor y ante la sociedad; condiciones indispensables que requiere el profesional de la educación para cumplir su encargo social (Cortón et al., 2018).

Desde la perspectiva martiana, es sentido del deber, de la moral, de la dignidad humana, del amor, del camino de servicio que se ha de emprender en la vida frente a los apetitos materiales, de poder, y las vanidades de la gloria. Es la formación de un hombre culto, consciente del momento histórico que le ha tocado vivir, dotado de los conocimientos, las habilidades y la jerarquía de valores para la vida en un momento histórico concreto y para enseñar a vivir a sus discípulos.

En el caso de los docentes, el maestro debe distinguirse por su cultura, por su educación, por la pureza de sus ideales y sentimientos, su lenguaje correcto y agradable y, sobre todo, por ser un ejemplo de integridad y nobleza (Mengana, 2016).

En la identidad se configuran diversos factores como: la experiencia escolar pasada, la pertenencia, las relaciones humanas, la percepción de la Universidad como unidad, la territorialidad, las afinidades, la educación, el vínculo, las reglas y la dificultad del ingreso a la institución.

De ahí que se coincide con que la identidad se manifiesta como la toma de conciencia de las diferencias y las similitudes referidas a comunidades, grupos sociales y entidades con procesos históricos similares o incluso disímiles, coincidente con los criterios de Martínez (2011).

Se entiende entonces que, la formación de la identidad profesional pedagógica se concreta en rasgos como:

1.     Sentido de pertenencia.

2.     Memoria histórica profesional.

3.     Cultura profesional pedagógica.

4.     Profesionalidad pedagógica.

Las consideraciones anteriores, delimitan la necesidad de abordar científicamente el fenómeno de la identidad profesional respecto a los procesos formativos y constituyen razones para encauzar una nueva alternativa epistemológica.

CONCLUSIONES

Los criterios acerca de la identidad tienen sus raíces en el desarrollo de la sociedad humana; en la construcción de la identidad adquiere entonces significado lo humano y lo vivencial.

Optar por la identidad, permite adentrase en los procesos sociales en vínculo con lo individual; así, al asociarse a la práctica educativa, crea condiciones para el desarrollo de la identidad profesional pedagógica, que tiene su sustento en nuestras propias raíces socioculturales, donde el legado pedagógico debe conducir a lo específico y a lo humano universal y donde la esencia de la educación engendre el cultivo de la inteligencia de todos, en vínculo con los sentimientos.

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

Araujo, N. (julio-diciembre, 2005). El poder de la representación: la identidad cultural en la narrativa del Caribe (Siglos XX y XXI). Revista Brasileira do Caribe, 6(11), 145-168. Recuperado de http://www.redalyc.org/pdf/1591/159113676008.pdf

Álvarez Ávila, A. (2016). Cultura e identidad frente a la globalización. Editorial Académica Española. Barcelona. Recuperado de https://www.aacademica.org/abelardoa.alvarez.avila/2 Consultado 18 octubre 2018

Batista, M. (abril-Junio, 2017). El    profesor    universitario    y    la    comunicación:    binomio indispensable en la labor de la escuela cubana actual. Revista Opuntia Brava, 9 (2), Recuperado de http://opuntiabrava.ult.edu.cu/index.php/opuntiabrava/article/view/172

Céspedes Acuña, J. (2018). Identidad profesional: una aproximación conceptual. V Investigación para la innovación. INPIN. Evento Internacional. Ecuador, octubre 2018.

Coll, C. y Falsafi, L. (2010). Presentación. Identidad y educación. Revista de Educación, 353, 17-27. Recuperado de  http://www.revistaeducacion.mec.es/re353/re353_01.pdf

Cortón, B. et al. (2018). Formación docente y construcción de la identidad profesional pedagógica: un reto para las instituciones formadoras. VI Congreso Internacional Virtual de Innovación, Tecnología y Educación. Recuperado de http://www.civitec.mx/ 

Conesa Santos, M. (2017). Hacia una conceptualización de la cultura psicopedagógica en profesores de la escuela pedagógica. Pedagogía y Sociedad, 21(51). Recuperado de http://revistas.uniss.edu.cu/index.php/pedagogia-y-sociedad/article/view/525  

Cuadrens Villalón,  A. et al. (2018). Relación entre la cultura profesional científico pedagógica y la formación de un pensamiento científico. En Ciencia e Innovación tecnológica II. La Habana, Cuba: Académica Universitaria-Opuntia Brava.

Díaz-Polanco, H. (2006). Elogio de la diversidad. Globalización, multiculturalismo y etnofagia. Tlalnepantla, México: Siglo XXI.

Garreta, J. (2003). La integración sociocultural de las minorías étnicas (gitanos e inmigrantes). Barcelona, España: Anthropos.

Margarito-Gaspar, M. (2018) La construcción de la identidad mexicana a través de los libros de texto gratuitos. Pedagogía y Sociedad, 21(53). Recuperado http://revistas.uniss.edu.cu/index.php/pedagogia-y-sociedad/article/view/396

Matos, E. (2007). Identidad profesional, un reto de estos tiempos. Recuperado de https://www.monografias.com/trabajos43/identidad-profesional/identidad-profesional.shtml

Martínez, N. (agosto, 2011). Identidad cultural y educación [Ensayo]. Diálogos, 8, 32-40. Recuperado de http://hdl.handle.net/10972/2055  

Medina, G. (2010). Tecnologías y subjetividades juveniles. En R. Reguillo (coord.). Los jóvenes en México (pp. 154-182). México D.F. México: Fondo de Cultura Económica.

Mengana, W. (2016). Contribución de la historia local al desarrollo de la cultura histórico-profesional en la formación inicial de estudiantes de carreras pedagógicas. (Tesis de doctorado inédita). Universidad de Oriente, Santiago de Cuba.

Molano, O. (mayo, 2007). Identidad cultural un concepto que evoluciona. Opera, 7, 68-84. Recuperado de www.redalyc.org/pdf/675/67500705.pdf

Ramírez, V. (2009). La construcción de la identidad profesional de las normalistas Tlaxcaltecas. (Tesis doctoral). Recuperada de  http://www.eumed.net/tesis-doctorales/2009/vrr/indice.htm

Restrepo, E. (2012). Intervenciones en teoría cultural. Recuperado de https://duckduckgo.com/?q=restrepo%20Intervenciones%20en%20teor%C3%ADa%20cultural+site:ram-wan.net&t=osx

Torre de la, C. (2001). Las identidades: una mirada desde la psicología. La Habana, Cuba: Centro de Investigación y Desarrollo de la Cultura Cubana Juan Marinello.

Vaillant Despaigne, J. C. (2015). La formación de la cultura profesional pedagógica en becarios de otras nacionalidades desde la relación ICAP-Universidad. (Tesis de maestría inédita). Universidad de Oriente, Santiago de Cuba.

 

 

 

 

 

 

Pedagogía y Sociedad publica sus artículos bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional