Recibido:
8/9/2021, Aceptado: 6/1/2022, Publicado: 13/7/2022
Revisión bibliográfica
Producción de alimentos y
cambio climático: una arista en el pensamiento de Fidel Castro Ruz
Food production and climate change: a line of Fidel
Castro Ruz thinking
Iliana Cabezas Santander1
E-mail: ilianacs@uniss.edu.cu
https://orcid.org/0000-0002-7608-5405
Ana Bertha
Cabezas Santander2
E-mail: anaberta@infomed.sld.cu
https://orcid.org/0000-0003-4888-2981
Ana Argelia Pérez Solano3
E-mail: apsolano@uniss.edu.cu
https://orcid.org/0000-0003-2326-5549
1Universidad de Sancti Spíritus “José Martí Pérez”,
Facultad de Ciencias Agropecuarias, Departamento Agronomía, Sancti Spíritus, Cuba.
2Universidad
de Ciencias Médicas Faustino Pérez. Departamento Filosofía e Historia. Sancti
Spíritus, Cuba.
3Universidad
de Sancti Spíritus “José Martí Pérez”. Facultad de Ciencias Pedagógicas.
Departamento Física-Matemática. Sancti Spíritus, Cuba.
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¿Cómo citar
este artículo? (APA, Séptima edición)
Cabezas Santander, I.
Cabezas Santander, A. B. y Pérez Solano, A. A. (marzo-junio, 2022). Producción de alimentos y cambio climático: una arista en el pensamiento de
Fidel Castro Ruz. Pedagogía y Sociedad,
25 (64), 1-17. http://revistas.uniss.edu.cu/index.php/pedagogia-y-sociedad/article/view/1511
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RESUMEN
El pensamiento
de Fidel Castro Ruz, resulta trascendental, es profunda la huella que deja para la humanidad, es una
fuente de conocimientos, precursor de ideas con acierto hacia el futuro, de
muchas aristas, entre ellas su visión referida a la necesidad de la producción de alimentos y a las causas y consecuencias del
cambio climático. Sus ideas constituyen además un referente importante para los
docentes, estudiantes, trabajadores y la comunidad en general. El trabajo se
propone como objetivo, demostrar la vigencia actual de una de las aristas en el
pensamiento de Fidel Castro Ruz, referida a la necesidad de la producción de
alimentos y el cambio climático, lo que
constituye una de las aristas en su pensamiento. Para la elaboración del
artículo se revisa una selección de discursos y reflexiones, comprendidos entre
los años 1991 y 2016. Se utilizan métodos como el histórico-lógico, el
analítico-sintético, el inductivo-deductivo, que facilitaron sintetizar
los referentes más importantes del tema. Se constata que, su pensamiento ofrece
potencialidades para el tratamiento de la necesidad de la producción de alimentos, las causas y consecuencias del
cambio climático, su efecto en la degradación de la ecología y la destrucción
del medio ambiente, por tanto la necesidad de su protección, para conservar la
vida del hombre.
Palabras clave: cambio
climático; conservación ambiental; Fidel Castro Ruz; producción alimentaria
ABSTRACT
The legacy of Fidel Castro Ruz is
unquantifiable, the footprint he leaves for humanity is profound, it is a
source of knowledge, a forerunner of ideas, with his right look towards the
future, encompassing many aspects, including his vision, referred to the need
for food production and the causes and consequences of climate change. In this
sense, his thinking constitutes an important reference for teachers, students,
workers and the community in general. The objective of the paper is to
demonstrate that the current validity of one of the edges in the thought of
Fidel Castro Ruz, referred to the need for food production and climate change, for
which an analysis of a selection of speeches and reflections between 1991 and
2016 is made. Methods such as historical-logical, analytical-synthetic,
inductive-deductive which facilitated the synthesis of the most important
references of the subject are used. It is noted that, his thinking offers
potential for the treatment of the need for food production, the causes and
consequences of climate change, its effect on the degradation of ecology and
the destruction of the environment, therefore the need for its protection, to
preserve human life.
Keywords: Fidel Castro Ruz; food
production; environmental protection, climate change
Introducción
Es incuestionable, que en medio de las complejidades del mundo de hoy, donde
el más grave desafío ambiental a encarar por la humanidad es el problema del cambio climático y
la principal preocupación es la producción de alimentos, lo que además constituye
un prerrequisito para la supervivencia, el legado de Fidel
Castro Ruz, resulta incuantificable.
La trascendencia de su pensamiento, se evidencia a través de La
Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible, aprobada en
septiembre de 2015 por la Asamblea General de las Naciones Unidas. Constituye
una agenda transformadora, que pone la igualdad y dignidad de las personas en
el centro y llama a cambiar el estilo de desarrollo, respetando el medio
ambiente, que toma en cuenta los medios de implementación para realizar el
cambio y la prevención de desastres por eventos naturales extremos, así como la
mitigación y adaptación al cambio climático.
Particularmente el objetivo 2,
como indica Naciones Unidas
(2016) plantea, poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria y la mejora de la
nutrición y promover la agricultura sostenible.
Pero ahora mismo, nuestros suelos, agua, océanos, bosques y nuestra
biodiversidad están siendo rápidamente degradados. El cambio climático está
poniendo mayor presión sobre los recursos de los que dependemos y aumentan los
riesgos asociados a desastres tales como sequías e inundaciones. (p. 11)
Entre las metas del objetivo 13, Adoptar medidas urgentes para combatir el cambio climático y
sus efectos se precisa: “mejorar la educación, la sensibilización y la capacidad humana e
institucional respecto de la mitigación del cambio climático, la adaptación a
él, la reducción de sus efectos y la alerta temprana” (p. 33).
El objetivo 15, plantea promover el uso
sostenible de los ecosistemas terrestres, luchar contra la desertificación,
detener e invertir la degradación de las tierras y frenar la pérdida de la
diversidad biológica (p. 37).
En los Lineamientos
de la Política Económica y Social del
Partido y la Revolución aprobados en el VII Congreso del Partido y por la
Asamblea Nacional del Poder Popular (2016),
se expresa:
Prestar
mayor atención a la prevención y mitigación de impactos sociales y
medioambientales, la promoción de formas productivas ambientalmente
sostenibles, la implantación de las directivas y de los programas de ciencia,
tecnología e innovación, dirigidos al enfrentamiento del cambio climático y
elevar la información y capacitación que contribuya a objetivizar la percepción
de riesgo a escala de toda la sociedad (Lineamientos 104, 105 y 107) (Partido
Comunista de Cuba, 2016)
En el
lineamiento 156, se plantea desarrollar una agricultura sostenible empleando
una gestión integrada de ciencia, tecnología y medio ambiente y en el 157
priorizar la conservación, protección y mejoramiento de los recursos naturales,
entre ellos, el suelo, el agua y los recursos zoo y fitogenéticos.
El Plan de Estado para el Enfrentamiento al Cambio
Climático (Tarea Vida), aprobado en el Consejo de Ministros (Ministerio de
Ciencia Tecnología y Medioambiente, 2017), está inspirada en
el pensamiento del líder histórico de la Revolución cubana Fidel Castro Ruz.
Ante esta realidad, la trascendencia del
impacto de su obra debe ser comprendida y constituir una luz que muestre el
camino para las nuevas generaciones, y cobre fuerza la profundización de su
pensamiento, en esa arista, pues constituye un referente importante para los
docentes, estudiantes, trabajadores y la comunidad en general. De
un modo particular es una prioridad para la Facultad de Ciencias Agropecuarias
de la Universidad “José Martí Pérez” de Sancti Spíritus, si se asume como base
lo expuesto en los Planes de Estudio de las carreras de Agronomía e Ingeniería
Forestal, sobre el modelo del profesional que se quiere lograr, basado en la
generación eficiente y estable de productos agropecuarios y el desarrollo sostenible
de los recursos forestales, con la protección del medio ambiente como centro.
En tal sentido es objetivo del presente artículo: demostrar la
vigencia actual de una de las aristas en el pensamiento de Fidel Castro Ruz,
referida a la necesidad de la producción de alimentos y el cambio climático.
Desarrollo
Se realizó una
revisión bibliográfica de una selección de discursos y reflexiones de
Fidel, desde 1991, para determinar su visión
sobre la necesidad de la producción de
alimentos y sobre el cambio climático, un preciado legado tanto intelectual como
material para las actuales y futuras generaciones.
Una de las características esenciales del pensamiento
de Fidel Castro, es la frecuencia cada vez mayor con que esta concepción figura
en sus ideas: la producción de alimentos, la necesidad de una agricultura
sostenible, las causas y
consecuencias del cambio climático, su efecto en la degradación de la ecología
y la destrucción del medio ambiente; por tanto la necesidad de su protección,
para conservar la vida del hombre.
En su
histórico discurso en la Cumbre de la Tierra, en Río de Janeiro, el 12 de junio de 1992, advierte sobre las consecuencias catastróficas para la vida en
el planeta, para la prosperidad,
la destrucción de la ecología, del medio ambiente, de la humanidad, censura de
responsables a las sociedades de consumo y emplaza a la toma de conciencia y
sensibilización ante esta situación. Reafirma su preocupación por combatir el
hambre: “una
importante especie biológica está en riesgo de desaparecer por la rápida y
progresiva liquidación de sus condiciones naturales de vida: el hombre” (párr.
1) y añade: “ahora tomamos conciencia de este problema cuando casi es tarde
para impedirlo” (párr. 2).
Es necesario
señalar que las sociedades de consumo son las responsables fundamentales de la
atroz destrucción del medio ambiente… Han envenenado los mares y ríos, han
contaminado el aire, han debilitado y perforado la capa de ozono, han saturado
la atmósfera de gases que alteran las condiciones climáticas con efectos
catastróficos que ya empezamos a padecer. (párr. 3)
Los bosques
desaparecen, los desiertos se extienden, miles de millones de toneladas de
tierra fértil van a parar cada año al mar. Numerosas especies se extinguen. La
presión poblacional y la pobreza conducen a esfuerzos desesperados para
sobrevivir aun a costa de la naturaleza. No es posible culpar de esto a los
países del Tercer Mundo, colonias ayer, naciones explotadas y saqueadas hoy por
un orden económico mundial injusto. (párr. 4)
…. Lo real
es que todo lo que contribuya hoy al subdesarrollo y la pobreza constituye una
violación flagrante de la ecología. Decenas de millones de hombres, mujeres y
niños mueren cada año en el Tercer Mundo a consecuencia de esto, más que en
cada una de las dos guerras mundiales. El intercambio desigual, el
proteccionismo y la deuda externa agreden la ecología y propician la destrucción
del medio ambiente. (párr. 5)
Si se quiere
salvar a la humanidad de esa autodestrucción,… Menos lujo y menos despilfarro
en unos pocos países para que haya menos pobreza y menos hambre en gran parte
de la Tierra. No más transferencias al Tercer Mundo de estilos de vida y
hábitos de consumo que arruinan el medio ambiente. Hágase más racional la vida
humana. Aplíquese un orden económico
internacional justo. Utilícese toda la ciencia necesaria para un desarrollo
sostenido sin contaminación. Páguese la deuda ecológica y no la deuda externa.
Desaparezca el hambre y no el hombre. (párr. 6)
Cuando las
supuestas amenazas del comunismo han desaparecido y no quedan ya pretextos para
guerras frías, carreras armamentistas y gastos militares, ¿qué es lo que impide
dedicar de inmediato esos recursos a promover el desarrollo del Tercer Mundo y
combatir la amenaza de destrucción ecológica del planeta? (párr. 7)
Termina añadiendo: “mañana será demasiado tarde para
hacer lo que debimos haber hecho hace mucho tiempo” (Castro, 1992, párr. 8).
No
obstante a esa premonitoria alerta, en los tiempos actuales y como consecuencia
de los irreversibles daños causados por el hombre al medio ambiente, la
humanidad se encuentra en grave peligro de desaparecer. Son las
responsables fundamentales las sociedades de consumo y el dominio global
del sistema capitalista.
Como
avizora Fidel Castro, estudios recientes demuestran que la temperatura media
global ha aumentado en 1,1˚C, con consecuencias catastróficas para la vida
en el planeta. Son responsables de esa situación los países alto consumidores,
con su explotación desmedida de los recursos naturales los
alimentos transformados en biocombustibles, la desforestación como causa
de la desertificación y la destrucción del medio ambiente.
(…) Ahora se suma a todo esto los cambios climáticos,
que tienen una importancia mucho mayor de lo que nos imaginábamos, porque
parecía que eso iba a ser un poco más distante, que si iba a subir el agua
dentro de 50 años o 100 años; pero es falso, llegan noticias de cómo se está
produciendo el retroceso de los glaciales en la Antártida, la reducción de la
fauna marina, del plancton, del krill famoso que alimenta a las ballenas y a
muchas especies, la subida de la temperatura de varios grados, no de uno o de
dos, en los últimos tiempos hasta de cinco grados en algunas zonas de la
Antártida. Todo eso aceleraría el proceso de la subida de las aguas, amenazando
países enteros. Hay islas en el Pacífico que desaparecen si el agua sube dos
metros, tres metros; (…). (párr. 29)
“No se sabe qué amenazas tremendas significan todos
estos cambios de clima…ciclones con más frecuencia…” (párr. 30).
(…) todos estos desastres naturales se vuelven más
graves: las sequías se extienden más y las lluvias, por otra parte, son más intensas;
ambos fenómenos. Igual que el frío, unas
olas de frío tremendas,… al paso que vamos, (…), si el calor avanza; porque es
evidente, son un reto terrible para todo el mundo, para los científicos
tremendo reto, porque a todo esto la humanidad tiene que encontrarle respuesta.
(Castro, 1997 párr. 31)
(…) desertificación, cambio de clima,
desaparición de los bosques, inundaciones, sequías, erosión de los suelos,
biodegradación, plagas y demás tragedias (…)”. (Castro, 2003, párr. 6).
Hace un llamado al intercambio
equitativo entre países desarrollados y subdesarrollados, al incremento del
comercio, el desarrollo técnico y económico que se necesita para sobrevivir. La
transformación global para abordar el cambio climático debe ser justa,
inclusiva y equitativa.
“(…) el último
informe de Naciones Unidas sobre el cambio climático, al afirmar lo que
ocurrirá en Suramérica con el agua de los glaciares y la cuenca acuífera del
Amazonas a medida que la temperatura de la atmósfera siga aumentando” (párr. 23).
Nada impide que el capital norteamericano y europeo
financie la producción de biocombustibles. Podrían incluso regalarles los
fondos a Brasil y América Latina. Estados Unidos, Europa y demás países
industrializados se ahorrarían más de ciento cuarenta mil millones de dólares
cada año, sin preocuparse de las consecuencias climáticas y de hambre, que
afectarían en primer lugar a los países del Tercer Mundo. Siempre les quedaría
dinero para el biocombustible y adquirir a cualquier precio los pocos alimentos
disponibles en el mercado mundial. (Castro, 2007a. párr. 24).
Advierte en su discurso pronunciado, en
el acto inaugural de los Cursos de Superación para Trabajadores Azucareros, en
áreas del central “Eduardo García Lavandero”, en el municipio de Artemisa, el
21 de octubre del 2002, sobre los efectos del cambio climático que puede sufrir
el país, reafirma su preocupación por la existencia de la especie humana, los
efectos del cambio climático, como son, ocurrencia de ciclones, las sequías y
la necesidad de estar preparados:
“(…) vivimos en una isla, donde puede haber sequías
fuertes, a veces inundaciones enormes —los cambios de clima en nuestro país son
visibles en las últimas décadas—, o ciclones” (párr. 86).
“Debemos seguir trabajando con más ahínco, preparados
siempre para cualquier situación difícil que se presentara, profundamente
esperanzado, porque se hace sobre bases sólidas, en el porvenir que nos espera”
(Castro,
2002a párr. 165).
Esa visión anticipada, de Fidel, se
evidencia en el comportamiento del clima en el archipiélago cubano que es cada
vez más cálido y extremo. La temperatura media anual aumentó desde mediados del
siglo pasado. Se ha observado gran variabilidad en la actividad ciclónica y en
lo que va de siglo han incrementado las afectaciones por huracanes intensos,
devastadores.
Como consecuencia de los huracanes,
frentes fríos y otros eventos meteorológicos, el régimen de lluvias ha
cambiado, incrementándose significativamente las sequías; el nivel del mar ha
aumentado y las inundaciones costeras ocasionadas por la sobrelevación del mar
y el oleaje, constituyen un peligro para las zonas bajas.
Esto incide sobre el desarrollo
socio-económico del país, de forma particular en la producción de alimentos.
Inspirado en el pensamiento del líder histórico
de la Revolución cubana, el Consejo de Ministros, el 25 de abril de 2017,
aprobó el Plan de Estado para el enfrentamiento al cambio climático (la Tarea
Vida). Este documento tiene especial significación en la formación integral de
los estudiantes de Agronomía e Ingeniería Forestal, por su relación con los
planes de estudio, que tienen como primacía, satisfacer las necesidades de la
sociedad para la alimentación humana y animal, la sostenibilidad de los
sistemas de producción agropecuaria y de los recursos
forestales y la protección del medio ambiente.
En consonancia
con lo proclamado por Fidel, está en el centro, el manejo adecuado de las áreas
boscosas, la recuperación y conservación de los suelos, la soberanía
alimentaria y la educación nutricional con una actitud coherente en pos de
lograr una cultura medioambientalista.
Fidel evidencia su preocupación
sostenida por la producción de alimentos, censura el intercambio desigual entre
países industrializados y del Tercer Mundo, tilda como terrible la situación de
los alimentos transformados en biocombustibles, el incremento de la población a
nivel mundial, la disminución de la tierra agrícola y el agua potable.
“…Alguien dijo que un mundo sin hambre es posible.
Añadámosle: Un mundo justo es posible. Un mundo nuevo, al que sobradamente es
acreedora nuestra especie, es posible y será realidad” (Castro, 2001 párr. 60).
En un futuro
bastante próximo no faltarán mercados sino alimentos. Allanemos el camino al
intercambio, suprimamos obstáculos, incrementemos el comercio y el desarrollo
para que miles de millones de personas subalimentadas en el planeta adquieran
la capacidad de compra y el desarrollo técnico y económico que necesitan para
sobrevivir… (Castro, 2002, párr. 14)
Condena como monstruoso el acto de
transformar los alimentos en energéticos, cómo los países capitalistas
desarrollados, no cuentan con tierras disponibles para sostener al mismo tiempo
un aumento de la producción de alimentos y una expansión en la producción de
agroenergéticos, lo que conduce al aumento del hambre y a la eliminación de los
pobres.
Advierte sobre el crecimiento de la
población mundial, cada año y por ende la demanda de alimentos, el demoledor
impacto de su encarecimiento y, en consecuencia, el agravamiento de la
situación social de los países del Sur.
“La idea siniestra de convertir los alimentos en
combustible quedó definitivamente establecida como línea económica de la
política exterior de Estados Unidos...” (Castro, 2007, párr. 2).
“Otros países del mundo rico tienen programado usar no
sólo maíz, sino también trigo, semillas de girasol, de colza y otros alimentos
para dedicarlos a la producción de combustible (…)” (Castro,
2007, párr., 17).
(…) El
proceso de mercantilización no se detuvo en los humanos y simultáneamente se
extendió a la naturaleza: la tierra y sus productos, los ríos y las montañas,
las selvas y los bosques fueron objeto de su incontenible rapiña. Los alimentos, por supuesto, no escaparon de
esta infernal dinámica. El capitalismo
convierte en mercancía todo lo que se pone a su alcance. (2007c párr. 5)
Los
alimentos son convertidos en energéticos para viabilizar la irracionalidad de
una civilización que, para sostener la riqueza y los privilegios de unos pocos,
incurre en un brutal ataque al medio ambiente y a las condiciones ecológicas
que posibilitaron la aparición de vida en la Tierra. (párr. 6)
“La transformación de los alimentos en energéticos
constituye un acto monstruoso” (párr. 7).
El capitalismo se dispone a practicar una masiva
eutanasia de los pobres, y muy especialmente de los pobres del Sur, pues es
allí donde se encuentran las mayores reservas de la biomasa del planeta
requerida para la fabricación de los biocombustibles. Por más que los discursos
oficiales aseguren que no se trata de optar entre alimentos y combustibles, la
realidad demuestra que esa y no otra es precisamente la alternativa: o la
tierra se destina a la producción de alimentos o a la fabricación de
biocombustibles. (párr. 8)
La lucha contra el hambre (…) se verá seriamente
perjudicada por la expansión de la superficie sembrada para la producción de
agroenergéticos. Los países en donde el
hambre es un flagelo universal atestiguarán la rápida reconversión de la
agricultura tendiente a abastecer la insaciable demanda de energéticos que
reclama una civilización montada sobre el uso irracional de los mismos. El resultado no puede ser otro que el
encarecimiento de los alimentos y, por lo tanto, el agravamiento de la situación
social de los países del Sur. (Castro, 2007c, párr. 17)
En las dimensiones del pensamiento de
Fidel, siempre estuvo, garantizar la alimentación del pueblo, destacándola como
una de las actividades decisivas de la Revolución, como prioridad uno, entre
todos los programas, al respecto expresó: “…este
evento, que tanta importancia tiene, con relación a una de las actividades
decisivas en esta hora actual de la Revolución, cual es la producción de
alimentos…” (Castro, 1991a, párr.
2).
“Hay que decir que para nosotros la cuestión
alimentaria es la número uno de todo, es la prioridad uno entre todos nuestros
programas…” (Castro, 1991a, párr.
8).
“…la cuestión alimentaria es la fundamental;
sencillamente, alimentar la población como cosa número uno...” (Castro, 1991a párr. 14).
Asevera, que en Cuba la agricultura es la
base de la economía cubana, por tanto, la necesidad de búsqueda de soluciones,
la aplicación de la técnica en diferentes cultivos y la obtención de otros en
el ámbito familiar, como un recurso para la producción de alimentos.
Sugiere la adopción de medidas para la
producción de alimentos, principalmente los vegetales, a través de subprogramas
como es la Organoponía protegida y
semiprotegida, para consumo nacional y exportación, que garanticen una
sólida base alimentaria. Propone tener presente las características del clima
que distinguen al país y las consecuencias del cambio climático como son,
prolongadas sequías, salinización de los suelos, los ciclones tropicales, por
lo que sugiere, empleo de los recursos naturales, respetando el medio ambiente.
“…en nuestro país, las tierras dedicadas a la
producción directa de alcohol pueden ser mucho más útiles en la producción de
alimentos para el pueblo y en la protección del medio ambiente” (Castro, 2007, párr. 19).
Las sequías que estamos viendo, nunca fueron vistas en
nuestro país: la del año pasado; la de este propio año, que obliga a buscar
recursos, a invertir en riego para poder mantener esos incrementos de
producción de viandas y vegetales (…) y de otros cultivos para el abastecimiento
a la población. Tenemos que seguir ese camino, empleando de manera óptima cada
centavo. (Castro, 1999, párr. 192).
Nuestro país, bloqueado durante más de cuatro décadas,
al derrumbarse el campo socialista y verse obligado a enfrentar una situación
sumamente difícil, pudo producir y está produciendo, en espacios disponibles
dentro de las ciudades, más de 3 millones de toneladas de vegetales al año en
cultivos organopónicos, con empleo de pajas y desechos agrícolas, utilizando
riego por goteo o microjet, un gasto mínimo de agua, dando empleo
adicionalmente a casi 300 mil ciudadanos y sin emitir un kilogramo de dióxido de
carbono a la atmósfera. (2003, párr. 15)
“… es posible todavía, pese a inmensos obstáculos,
hacer mucho para que el medio ambiente se preserve y la humanidad sobreviva” (2003,
párr. 17).
“Se ampliarán considerablemente las áreas de cultivos
protegidos y semiprotegidos para la producción de vegetales de alta calidad
para consumo nacional y exportación” (Castro,
2005, párr. 78).
Ante ese llamado y la
necesidad insoslayable, de la producción de alimentos y de una agricultura
sostenible, surge el Programa de Agricultura Urbana/Suburbana y Familiar, como
programa de autoabastecimiento alimentario municipal, con la utilización de
tecnologías agroecológicas y un alto grado de sustentabilidad territorial.
Hoy constituye uno de los
Programas Integrales del Ministerio de la Agricultura, dirigido a mantener
funcionando y consolidada, en todas las localidades del país, una
infraestructura que posibilite producir y suministrar alimentos, aún en
condiciones de posibles contingencias prolongadas (militares, naturales o económicas).
Fidel era el defensor máximo
de la diversificación, un convencido de que Cuba debía producir alimentos y
tener ganadería eficiente.
Evocó, el papel que debe desempeñar la
ciencia y la técnica en la agricultura, e insistió en que los investigadores,
profesionales se mantengan informados, actualizados con lo que se hace en otros
países, en el mundo, llamando a incrementar el desarrollo técnico, con la
profunda convicción de que el reto mayor de la humanidad en un futuro no lejano
es la producción de alimentos.
“…Pero cada uno de los cultivos hay que
apoyarlos con la técnica y con la ciencia”. (Castro, 1991, párr. 82).
(…) no debemos dedicarnos solo a investigar. Creo que
un importante trabajo en el área científica de nuestros investigadores, de nuestros
profesionales, es recoger información, recoger experiencia de lo que se hace en
el mundo, y me parece que en eso hemos estado atrasados. (Castro, 1997, párr. 19)
“No podemos inventarlo todo nosotros en materia de
agricultura, en materia de biotecnología o de otras ramas...” (Castro, 1997, párr. 20).
La pregunta
que invariablemente hago a casi todos es cuánto alimento son capaces de
producir por encima de las actuales cifras. Me mueve a preguntarles esto la
profunda convicción de que el reto mayor de la humanidad en un futuro no lejano
es la producción de alimentos. La humanidad alcanza ya 6,278 millones de
habitantes, cuatro veces más que los que existían hace 100 años. Esta cifra
casi se duplicará en unas pocas decenas de años. Sólo la ciencia, la técnica y
la productividad por hectárea podrán enfrentar el grandioso desafío que tiene
por delante un planeta que se empobrece y cuya tierra agrícola y agua potable
disminuyen año por año. (2002, párr. 12)
A medida que
los pueblos adquieren más cultura y desarrollo, no sólo demandan más cantidad
de granos, sino también más calidad en los alimentos (…) calidad de alimentos
que demandan mucho más granos, frutas y vegetales, más fibras y vitaminas y
menos grasas y aceites de alto peso molecular. (párr. 13)
En un futuro
bastante próximo no faltarán mercados sino alimentos. Allanemos el camino al
intercambio, suprimamos obstáculos, incrementemos el comercio y el desarrollo
para que miles de millones de personas subalimentadas en el planeta adquieran
la capacidad de compra y el desarrollo técnico y económico que necesitan para
sobrevivir… (Castro, 2002, párr. 14).
(…)¿Cuánto
tiempo necesitaría mi pobre pluma para refutar a los defensores de la idea
siniestra por interés material, por ignorancia, por indiferencia, o a veces por
las tres cosas a la vez, y divulgar los sólidos y honestos argumentos de los
que luchan por la vida de la especie? (Castro,
2007c, párr. 26).
Sobre la base de su visión hacia el
futuro, en la actualidad en Cuba es prioridad desarrollar una agricultura
sostenible, con el empleo de una gestión integrada de ciencia, tecnología y
medio ambiente, con la conservación, protección y mejoramiento de los recursos
naturales.
Cobra gran importancia la agroecología con un
modelo de innovación, la integración de la producción de alimentos y de
energía, a partir de fuentes renovables.
Conclusiones
El pensamiento de
Fidel Castro Ruz, en la arista referida
a la necesidad de la producción de alimentos y a las causas y consecuencias del
cambio climático, para Cuba y el mundo, constituye un legado trascendental, una
fuente de conocimientos, con su mirar con acierto hacia el futuro. Tiene gran
vigencia en la actualidad, el impacto de su pensamiento, lo que se evidencia a
través de documentos rectores de la Organización de Naciones Unidas y de la
Política Económica y Social de Cuba, que precisan el desarrollo de una
agricultura sostenible que garantice la soberanía y seguridad alimentaria, con
una cultura medioambientalista, la mitigación y adaptación al cambio
climático.
Adquiere especial
significación en la formación integral de los estudiantes de Agronomía e
Ingeniería Forestal, por su relación con los planes de estudio, que tienen como
primacía, satisfacer las necesidades de la sociedad para la alimentación humana
y animal, la sostenibilidad de los sistemas de producción agropecuaria y de los recursos forestales y la protección del medio
ambiente.
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Iliana Cabezas Santander, Ana Bertha Cabezas
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