Recibido: 15/6/2023, Aceptado: 25/7/2023, Publicado: 16/11/2023

Volumen 26│ Número 68│ Noviembre-Febrero, 2023

 

Artículo original

Emprendimientos en el municipio Trinidad. Memorias de interacción social en la actualización del Modelo cubano

 

Enterprises in the Trinidad municipality. Memories of social interaction in the update of the Cuban Model

 

Elaine Martínez Betancourt

E-mail: elaine@uniss.edu.cu

Descripción: Descripción: http://directorio.concytec.gob.pe/appDirectorioCTI/img/logo_orcid3.png https://orcid.org/0000-0001-6269-9847

 

Universidad de Sancti Spíritus “José Martí Pérez”, Facultad de Humanidades, Sancti Spíritus, Cuba.

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¿Cómo citar este artículo? (APA, Séptima edición)

Martínez Betancourt, E. (2023). Emprendimientos en el municipio Trinidad. Memorias de interacción social en la actualización del Modelo cubano. Pedagogía y Sociedad, 26 (68), 119-140. http://revistas.uniss.edu.cu/index.php/pedagogia-y-sociedad/article/view/1627

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RESUMEN

Introducción: Con la llegada del nuevo milenio, Cuba anuncia la actualización de su Modelo Económico y Social. De especial significación se declara en este proceso el reconocimiento y la diversificación de formas de gestión económica no estatal donde, el trabajo por cuenta propia se reconoce como una forma de emprendimiento.

Objetivo: Determinar cómo se manifiesta la interacción social con el desarrollo de los emprendimientos en el municipio Trinidad, provincia Sancti Spíritus, Cuba.

Métodos: Desde el Estudio de Caso, como estrategia de trabajo metodológica, se analizan las visiones teóricas que sobre el tema se discuten en la academia, y se contrasta, desde la perspectiva sociológica una experiencia real de esa interacción.

Resultados: Asociada a la competencia, y también a compromisos, responsabilidades y prácticas solidarias se manifiestan las formas de interacción social. Se revelan las condiciones objetivas, propuestas de mejora y retos del emprendimiento en una escala territorial por el accionar de sus protagonistas.

Conclusiones: La conservación de estas memorias de interacción social para el perfeccionamiento de la sociedad cubana constituye un punto de referencia de obligada consulta; considerando los cambios económicos, sociales y legales que tras el contexto de la pandemia Covid-19, marcan el desarrollo del cuentapropismo cubano actual.

Palabras clave: cambio social; igualdad de oportunidades; interacción social; participación comunitaria; sector privado.

ABSTRACT

Introduction: With the arrival of the new millennium, Cuba announces the updating of its Economic and Social Model. Of special significance in this process is the recognition and diversification of forms of non-state economic management where self-employment is recognized as a form of entrepreneurship.

Objective: Determine how social interaction manifests itself with the development of enterprises in the Trinidad municipality, Sancti Spíritus province, Cuba.

Methods: From the Case Study, as a methodological work strategy, the theoretical visions that are discussed in the academy on the subject are analyzed, and a real experience of that interaction is contrasted from the sociological perspective.

Results: Associated with competition, and with commitments, responsibilities and solidarity practices, the forms of social interaction are manifested. Specifically, the objective conditions, proposals for improvement and challenges of entrepreneurship on a territorial scale are revealed by the actions of its protagonists.

Conclusions: The conservation of these memories of social interaction for the improvement of Cuban society constitutes a reference point of obligatory consultation; considering the economic, social and legal changes that after the context of the Covid-19 pandemic mark the development of the current Cuban self-employment.

Keywords: equal opportunities; Community participation; private sector; social change; social interaction.

 

Introducción

Con la llegada del nuevo milenio los cambios que se suscitan al calor del proceso de perfeccionamiento del socialismo cubano, evitan que la realidad de los años 2000 sea vista como un relámpago en un cielo despejado, considerando que, simplemente todo se nubló por los efectos de la etapa anterior (Martínez Betancourt, 2023). Lo que se ha dado en llamar actualización del Modelo Económico y Social Cubano de Desarrollo Socialista, actualizado Modelo, que se orienta en un conjunto integrado y multivariable de decisiones cuya puesta en práctica implica transformaciones múltiples para el alcance del desarrollo sostenible del país (Triana y Blanco, 2021).

Bajo el papel protagónico del Estado y la propiedad socialista de todo el pueblo sobre los medios fundamentales de producción, la actualización del Modelo,  propone consolidar una sociedad segura, justa, cohesionada y solidaria (Partido Comunista de Cuba [PCC] 2017), que se distinga por la equidad, la consolidación de las conquistas sociales de la Revolución y una participación efectiva y responsable de los ciudadanos en los procesos de toma de decisiones.

Develar sus múltiples interrogantes resulta en tarea vital. Las reformas estructurales implementadas coexisten desde un conjunto de derroteros técnicos, económicos, políticos, ambientales y socio-culturales. De especial significación se declara en este proceso el reconocimiento y diversificación de formas de gestión económica no estatal[1] y tipos de propiedad[2] donde, el trabajo por cuenta propia (TCP) articula como vía fundamental de satisfacción de las necesidades materiales y espirituales, incluida la materialización de los proyectos de vida individuales, familiares y colectivos para el logro de una sociedad socialista próspera sostenible y cohesionada (PCC, 2017).

Entendido por Díaz-Fernández (2021) y Díaz-Fernández y Echevarría-León (2016), como una forma de emprendimiento este TCP genera para la sociedad cubana variadas oportunidades de empleo; sustentadas en la productividad y subjetividad inherentes a las condiciones histórico-sociales del contexto (Martínez Betancourt, 2023). Espina Prieto y Echevarría León (2020), por su parte, perciben en él una oportunidad para el desarrollo de un tejido productivo diverso, que posibilite desde el complemento que representan como formas no estatales de propiedad y su relación contractual con el sector estatal. Para  Díaz Fernández (2021), significa desarrollar la innovación y el fomento de las capacidades humanas.

Desde la promoción colectiva de las responsabilidades y lugar de cada uno en la sociedad el Estado cubano regula por vía del TCP una forma de integrarse socialmente, lo cual significa garantizar la legalidad necesaria para ser capaz de prestar servicios nuevos y de calidad, establecer sinergias con otras formas productivas, consolidar valores comunes y acceder a otros procesos de toma de decisiones que, al unísono, vienen a contribuir con la generación de esa interacción social propia de esta nueva realidad.

Es precisamente en estas condiciones de perfeccionamiento de la sociedad cubana que no pueden ser obviadas las potencialidades de los emprendimientos. Su estudio desde los proyectos CALSS[3] y PACOLED[4], parte de lo que asume y pone en práctica para sí el sujeto social en relación a esta propuesta de desarrollo socio-económico; a concretar en el país y sus diferentes territorios.

Consciente de tales beneficios este artículo privilegia la interacción social que emerge por su desarrollo, considerando que el emprendimiento permite la construcción social de realidades internas, es decir, sistemas de relaciones sociales que maximizan a partir de la creación de algo nuevo o de dar un uso diferente a lo ya existente, la generación de valor social (García Blanco, 2016; Orrego, 2008).

El artículo tiene por objetivo determinar cómo se manifiesta la interacción social con el desarrollo de los emprendimientos en el municipio Trinidad, provincia Sancti Spíritus, Cuba. Es así que se posesiona sobre las premisas del paradigma socio-crítico, la articulación metodológica cualitativa-cuantitativa y el método del estudio de caso, dada las particularidades del objeto de estudio.

Con el reconocimiento del TCP como forma de emprendimiento se termina por defender la construcción de diversas formas de interacción social/redes de sociabilidad (Martínez Betancourt, 2019), en tanto arista importante de una sociedad en perfeccionamiento. La presentación de estas formas de interacción social constituye memoria de referencia para estudios actuales sobre el cuentapropismo cubano, si se tiene en cuenta los cambios económicos, sociales y legales que tras el contexto de la pandemia Covid-19 marcan el desarrollo emprendedor.

Marco teórico o referentes conceptuales

Apuntes teóricos sobre emprendimiento

Para Díaz-Fernández y Echevarría-León (2016), el emprendimiento en Cuba ha sido un tema escasamente abordado hasta hace relativamente poco tiempo. Su auge coincide con la ampliación e intencionalidad de sostener el llamado TCP a partir de 2010, y la consideración de este subsector como potencial portador de emprendimientos e innovaciones.

Siendo así, discursos diversos enaltecen aristas particulares del asunto. En sucinto recuento se parte de interpretaciones que respaldan al TCP como un asunto más al cual prestar atención, enfatizado en lo económico, jurídico, psicológico y social, pues, si se están dando cambios dentro del Modelo cubano, lo más importante es que articule, coopere y compita con otras formas de propiedad (Díaz-Fernández, 2021).

Desde una visión económica, el cuentapropismo se constituye en una fuente emergente de empleo, que complementa la actividad estatal u oferta de servicios que no existe en otros mercados. “También ha favorecido el fomento de una cultura económica, con la incorporación de diversos roles económicos en la gestión de los negocios y a una mayor visibilidad del papel que desempeñan” (Caro Montero et al., 2019, p. 6). Dado su aporte real como un actor económico que va a dinamizar la economía doméstica y el intercambio de bienes y servicios entre las personas naturales, se esclarece su papel estratégico en la transformación productiva del país, de forma tal que se avance en la eliminación del estigma de “mal necesario” (Díaz-Fernández, 2020).

En cuanto a la visión jurídica se incorporan análisis relativos a los contenidos de sus instrumentos jurídicos y a la complejidad de su existencia, las actividades permitidas y la vía institucional por la que se regula. A tono con las adecuaciones legislativas Díaz-Fernández (2019), considera que la normativa cubana no incentiva el TCP; de ahí la negación de las licencias, la existencia de prohibiciones y, en particular, las limitaciones de productos o servicios que constituyen necesidades básicas de la población cubana.

A la prelación de estos criterios objetivos, se suma la perspectiva psicológica. Definidos esencialmente por su condición laboral independiente, ser creativos, eficientes, pero también vulgares y con poca cultura, Hernández y Domínguez (2013), exponen al cuentapropista como el grupo menos apreciado; al que se le percibe además con bajo nivel educacional y tendencia a una conducta arrogante, derivada de su ingreso más alto.

Otras interpretaciones se mueven hasta la generación de identidades sociales diferenciadas, la alta heterogeneidad social que se está produciendo en este grupo vivenciada por los ciudadanos como la desigualdad (Pañellas Álvarez, 2013), los procesos de movilidad asociados a posiciones económicamente ventajosas (Romanó y Echevarría, 2015), así como nuevos modos de relación intragrupales, acríticas relaciones de explotación y la falta de responsabilidad y compromiso social (Hernández y Domínguez, 2013).

Siendo consecuente con los enfoques enunciados, la investigación se nutre de la necesaria articulación entre los argumentos que sustentan dichos enfoques para reflexionar en torno al TCP emprendedor, partiendo de su surgimiento, funcionalidad, oportunidades, creatividad, innovación y sentido de lo humano, como proceso donde se estructuran las relaciones sociales y se produce el conocimiento (Orrego, 2008). También, porque guiado por la iniciativa individual y colectiva, por la capacidad de innovación intrínseca y la autodeterminación individual posibilita el desarrollo de “(…) razones comunes que hacen a lo social no su enemigo, sino la condición que tanto necesita para su accionar” (Martínez Betancourt y Neira Milian, 2021, p. 22); ponderándose de esta manera en lo social, el reconocimiento individual.

Lo anterior hace significar para el artículo dos cuestiones fundamentales. En primera instancia cómo la vida consciente produce interacción social, la cual es posible a partir de la distinción que los seres humanos se adjudican por sus respectivas aportaciones a esa interacción (García Blanco, 2016). Por tanto, ser partícipe de ella a través del emprendimiento asegura que las contribuciones objetivas y subjetivas de los individuos, de forma particular, distingan a unos de otros para el logro de la reproducción social. Lo cual enfatiza la necesidad de cooperar porque “en contra de cualquier analogía natural, ha de estar claro quién realiza cada contribución” (García Blanco, 2016, p. 5).

En segundo lugar, el emprendimiento como motor de iniciativas -en especial esas de tipo asociativo, que tienen un objetivo social- toda vez que entreteje relaciones y redes de colaboración, posibilitando la realización de proyectos de vida, con el propósito de trascender; es decir, prestando atención a las oportunidades y posibilidades reales de concretar cambios en su entorno, mejorar sus condiciones culturales y materiales que repercuten en su nivel de vida (Orrego, 2008). Se trata de comprender desde la utilidad que deviene de su acción, el significado para la esfera de lo social, como beneficio en la solución de problemas del contexto y para la construcción de una nueva realidad.

Es en este perfeccionamiento de Cuba actual como sociedad, que necesita transformarse, donde adquiere sentido y valor el fomento de una cultura del emprendimiento, para lograr mejores condiciones de vida, cimentar propuestas incluyentes y reconocer los derechos de los ciudadanos. Desde esta perspectiva han de contribuir los emprendimientos contenidos en el proceso de actualización del Modelo con el logro de una sociedad cohesionada; siempre que esta, como constructo social, distinga para las circunstancias históricas y a partir de supuestos propios, una nueva y revolucionaria forma de vivir para cada etapa del Proyecto Social en perfeccionamiento.

Metodología empleada

El artículo se posiciona sobre las premisas del paradigma socio-crítico y la capacidad de reflexión y transformación a que invita al ser social. La oportunidad que contempla para la investigación radica en la iluminación del pensamiento del sujeto social y en el despliegue de una capacidad crítico-transformadora, por su inserción y protagonismo en los cambios de la sociedad. Es decir, que la investigación recibe de los sujetos sociales el análisis consciente de su cambiante realidad social para, a partir de posturas más autónomas, activas y responsables, criterios propios y lugar en el comportamiento de la interacción social, sacar a la luz su manifestación en la escala territorial con el desarrollo de los emprendimientos contenidos en el proceso de actualización del Modelo cubano.

En el marco de este paradigma se postula la articulación metodológica cualitativa-cuantitativa; articulación necesaria desde un enfoque participativo y dialógico para atender el carácter dinámico y multifactorial del emprendimiento. Siendo así, se asume el método del Estudio de caso, desde un caso único (Castro Monge, 2010) y su principal unidad de análisis Consejo Popular (CP), Monumento. La estrategia de investigación se fortalece, además, con la implementación y análisis de documentos y entrevistas en profundidad, dada las particularidades del objeto de estudio.

De ese modo se justifica y responde al problema de investigación: ¿Cómo se manifiesta la cohesión social en el Consejo Popular Monumento del municipio Trinidad, en la provincia Sancti Spíritus, con el desarrollo de los emprendimientos contenidos en la actualización del Modelo cubano? se prueba como hipótesis que la cohesión social en el CP Monumento del municipio de Trinidad, en la provincia Sancti Spíritus, con el desarrollo de los emprendimientos contenidos en la actualización del Modelo cubano, se manifiesta asociada a formas competitivas de interacción social y, se da cumplimiento al objetivo enunciado.

El proceso de investigación muestra, por tanto, una experiencia real de interacción social en la que se está produciendo una dinámica específica a partir de los emprendimientos que se han instaurado. Mostrarla posibilita develar los saberes, las prácticas y los vínculos que los emprendedores construyen y socializan, no como colecciones individuales, sino, en tanto, base de su actuar colectivo en una sociedad concreta, por la constitución de una interacción social sui generis, que tiene una naturaleza especial, representativa de cada personalidad individual.

Resultados

Generalidades del caso de estudio

Tercera villa fundada por la corona española en Cuba (1514), la Santísima Trinidad o simplemente La Trinidad o Trinidad de Cuba, atesora una rica historia. Matizada por la huella del esclavismo, el auge de diversos estilos constructivos, el legado de importantes familias, la producción azucarera, las calles empedradas y sus plazas y plazuelas, Trinidad constituye una de las ciudades coloniales mejor conservadas de Cuba y América Latina.

Iniciado por especialistas, instituciones y habitantes, el proceso de conservación y restauración que se gesta en la ciudad desde el siglo pasado, desemboca en su declaración como Patrimonio Cultural de la Humanidad. Tal condición convierte a Trinidad en una potencialidad para la sociedad y economía cubanas, como escenario de intercambio sociocultural y, sobre todo, como importante destino turístico.

Con este propósito, la división político administrativa de 2011 en Cuba, mantiene la condición de constituirlo en uno de los ocho municipios de la provincia Sancti Spíritus. En esta decisión es importante el énfasis puesto en el municipio como instancia fundamental, al que se le otorgan la autonomía y las competencias necesarias para asegurar, de modo sostenible, en provecho de sus potencialidades y desde una sólida base económico-productiva, el desarrollo económico, social y medioambiental, a nivel local (PCC, 2017).

Con una superficie de 1 167, 57 km², esta capital municipal se ubica en el centro-sur de Cuba, tiene como principal región natural, hacia el norte, las Montañas de Trinidad, pertenecientes al Macizo de Guamuhaya, mientras por el sur se distinguen hermosas playas. En su interior 14 Consejos Populares -Topes de Collantes, Algarrobo, Condado, Pitajones, Caracusey, San Pedro, FNTA, Santiago Escobar, Manaca Iznaga, Armando Mestre, Casilda, Centro, Monumento y La Purísima- los que concentran a una población de 77 185 habitantes (hab.), para una densidad de 66,1 hab/km².

Las oportunidades de empleo en el municipio, disponen de diferentes ofertas laborales. Clasificadas por formas de organización y actividades fundamentales, las disponibles desde el sector estatal se representan en empresas estatales y unidades presupuestadas que responden por actividades económicas tales como, agricultura, ganadería, caza y silvicultura, industria manufacturera, hoteles y restaurantes, servicios empresariales, actividad inmobiliaria y de alquiler, cultura y deporte y otras. El sector no estatal, por su parte, comprende Unidades Básicas de Producción Cooperativa (UBPC), Cooperativas de Producción Agropecuaria (CPA) y Cooperativas No Agropecuarias (CNoA).

Con respecto a los emprendimientos, se destacan por su pertinencia y operatividad, modistas y artesanos, ofertas gastronómicas, agentes de telecomunicaciones, mensajeros, transportistas, vendedores de artículos diversos, servicios de belleza y otros. Partiendo de esa variedad se diversifican las ofertas para la población nacional y foránea, se constituye en una fuente de empleo y genera aportes desde diferentes perspectivas. Por eso se entiende, que el emprendimiento satisface necesidades de consumo, proporciona oportunidades de desarrollo profesional y permite el despliegue de capacidades, conocimientos y habilidades que acrecienten el efecto multiplicativo de las relaciones de cooperación intra-intersectoriales con el resto de los servicios del territorio.

Emprendimientos en el municipio Trinidad: sus formas de interacción social

Por la trayectoria e intención de generar una sociedad próspera y cohesionada y, por nuestras actuales condiciones, Cuba se enfrenta a un momento histórico donde no solo es posible, sino necesario, fortalecer y recrear los mejores lazos que constituyen a nuestra sociedad. Desde esta perspectiva se particulariza la interacción social en Trinidad; es decir que, permeada por la disposición a interactuar, por la generación y fomento de nuevos vínculos o en base a la re-edificación de las relaciones sociales, emerge la convocatoria propuesta para el perfeccionamiento consciente de la nueva sociedad.

En este proceso se esclarece que las personas se relacionan por naturaleza o por necesidad y también, por la labor de las instituciones estatales, las organizaciones políticas, la vivienda que se habita y los emprendimientos. De esta manera, los negocios son presentados como espacios de intercambio socio-cultural, de socialización de experiencias y de cimentación de nuevos saberes. Conjuntamente, permiten la comunicación y la práctica de otros idiomas.

Provistas de hospitalidad, ayuda mutua, solidaridad y lenguaje expresivo se califican las relaciones sociales que se derivan de los posicionamientos anteriores. En distinción de los emprendedores trinitarios criterios como: “Mi negocio es único para mí; si con él he logrado generar buenas relaciones, lo demás no importa” representan a una sociedad fraterna, y con ella, la seguridad -interna y externa- desde la labor que se realiza y lugar donde se vive. Tal seguridad funciona ante todo como un escudo que protege a los ciudadanos de los peligros del aislamiento social; o sea, que se alude a una red de protección construida en la proximidad que se deriva de su interacción en el contacto directo del día a día.

Por medio de ese contacto se logra estar alerta a cuestiones individuales -de familiares, amigos y vecinos- y sociales para la construcción de un mundo compartido; aunque, persistan todavía individuos que no forman parte de la interacción descrita. Con el propósito de rescatar a tales ausentes, las relaciones sociales se proyectan desde el reconocimiento legítimo del otro. Al promover con y desde ellas el “respeto al ser humano, a sus opiniones, comportamientos y actitudes diversas”, “en la aceptación de las diferencias sociales” y “en la comprensión del otro”, se enfrenta el egoísmo y el individualismo.

En la condición de miembro legítimo de la sociedad trinitaria se promueve el logro de buenas prácticas. Desde un “negocio difícil” el asunto recae en la disposición a convivir e interactuar de forma respetuosa entre diferentes. Así, laboriosidad, cooperación y solidaridad figuran como valores que se comparten en la preocupación individual por el otro generalizado y en el apoyo mutuo de los miembros del territorio. También se relaciona el valor compartido tolerancia, como indicio de que los individuos están dispuestos a establecer relaciones incluso con personas que no conocen.

Confluyendo, la competitividad a criterio de  M. Castillo Díaz[5]: “la competencia es algo positivo que te hace desarrollarte. La persona competitiva triunfa en la vida, aquellos que la ven como algo negativo son esas personas vagas que prefieren el facilismo y no les gusta sacrificarse” (comunicación personal, 2019). Aunque este un tema sobre el que se ha venido reflexionado indistintamente, para D. Zerquera Amador (2019), dice: “siempre hay competitividad, ya que, el cuentapropista tiene que mantener un estándar competitivo con respecto al otro. La variable competencia en el sector privado no la quita nadie, porque es propia del mercado y la gestión” (comunicación personal, 2019).

Es esta una competitividad congénita al emprendimiento, a las relaciones sociales que genera y como valor construido en el municipio Trinidad. En este sentido, “es imposible creer que en el sector privado la competencia no esté como una línea estratégica de su desarrollo; pues moriría dentro del propio proceso inversionista” (Zerquera Amador, 2019). Conscientes de ello los emprendedores solo insertan en la competencia a aquellos negocios de igual o cercano contenido, más no al productor, gestor o intermediario que tributa con la viabilidad del suyo.

Así, la sociedad trinitaria no se desliga de la responsabilidad social del emprendimiento. Poder contar con el compromiso de una masa que hoy tiene un modo de vida que fluctúa bajo la competencia de la gestión del dinero, y que obviamente si no compite, si no está en los rangos que le permitan competir, no tiene clientes; esto resulta para el propio Zerquera Amador (2019), el mayor aporte.

No se ha de obviar en materia de responsabilidad ciudadana y compromiso con el proyecto social que se defiende, estos servicios que tributan desde la competitividad y también solidaridad, no al monopolio capitalista, sino al bienestar individual y colectivo de una sociedad en perfeccionamiento.

En este propósito confluye la erradicación de percepciones de desigualdad horizontal y la distribución equitativa de la riqueza. En el caso de las percepciones de desigualdad es importante comenzar resaltando la ausencia de manifestaciones discriminatorias con relación al género, el sexo y el color de la piel. Se trata de un tema que los emprendedores explican haber “superado” cuando, “predomina el respeto a las personas por encima de cualquier distinción o preferencia” y se es “receptivo a la diversidad” (Zerquera Amador, comunicación personal, 2019).

En cambio, las percepciones construidas desde lo económico parten de las “divergencias salariales” vividas por los sujetos sociales en su condición de cuentapropistas o trabajadores del sector estatal. Esta es una percepción que, a pesar de la reforma salarial implementada, el control de los precios establecidos, las garantías más o menos proporcionadas para el abastecimiento y las necesidades satisfechas, precisa de una reconfiguración objetiva-subjetiva en su totalidad.

Segundo, las diferencias provenientes de la dualidad ingreso y consumo, el lugar que se ocupa en la focalización de la política social y la vivencialidad de las problemáticas sociales que asisten a la sociedad cubana traducen, para el municipio Trinidad una prosperidad no del todo equitativa; sobre todo por la satisfacción de “necesidades básicas, el apoyo a la familia” y el silencio que se constata. Por la complejidad que representa este asunto urge ahondar, educar, con los sujetos sociales y desde los sujetos sociales, en la comprensión de la perspectiva de distribución de la riqueza propuesta por Cuba.

Para ello los directivos del municipio, los procesos de recaudación, control, fiscalización y cobro de tributos tienen que responsabilizarse -aún más- con la socialización de la información sobre quienes aportan más al fisco, porque su capacidad económica es mayor y cuál es el destino de los impuestos. De este modo, no solo se contribuye a regular las utilidades, la concentración de la riqueza y la apropiación privada de los resultados del trabajo ajeno, sino que se protege a las personas de menores ingresos y se esclarecen esas vías redistributivas que benefician a todo el territorio.

Subsanar estas cuestiones tiene sentido, sobre todo, por el papel asignado al TCP en el funcionamiento económico y social del territorio. De acuerdo con Castillo Díaz (2019) “se pueden lograr más cosas con el cuentapropismo, solo hay que guiarlos. Ellos han generado un Centro Histórico para bien, solo falta ser eficaz en el cumplimiento de las regulaciones”. Además, porque tributar a la existencia de un proyecto compartido de futuro, de sociedad solidaria y cohesionada, precisa de emprendedores comprometidos y con sentido de formar parte de un interés colectivo. A tono, la valoración de los sujetos sociales del municipio Trinidad respecto de considerarse parte de una colectividad identifica en primicia a la familia, y después a Cuba como su país.

A lo anterior se suma el sentimiento de comunidad que emerge de su involucramiento en acciones orientadas al funcionamiento del territorio. Es importante subrayar que el sentido de pertenencia desarrollado hacia familia, comunidad y país fortalece los compromisos respecto  a otros integrantes de Trinidad y Cuba. Cabe considerar, por otra parte, el comportamiento solidario y competitivo con aquellos que forman parte o no del emprendimiento. Por tratarse de perspectivas que operan de manera conjunta y se refuerzan mutuamente, la articulación de la solidaridad y la competitividad solo es posible, en tanto principios orientadores de la interacción de los sujetos sean vistos en la naturaleza de los vínculos sociales, como vehículo para su permanente y cotidiana actualización.

Descritos los supuestos anteriores la cohesión social se reafirma como el fenómeno histórico y dinámico que es, haciéndose particular para el contexto de actualización del Modelo socio-económico cubano cuando, como característica de las formas de interacción social que la determinan, se constata la continuidad del imaginario simbólico de la nación, la proyección de las instituciones como garantía de los derechos de los individuos y el compromiso de éstos de aportar socialmente con su actividad productiva a un proceso participativo, de oportunidades y valores humanos en perfeccionamiento.

Para el municipio Trinidad como escala territorial, la interacción social con el desarrollo de los emprendimientos contenidos en la actualización del Modelo cubano, se manifiesta asociada a formas de interacción social competitivas. Al mismo tiempo, se reconocen contiguo a ellas compromisos, responsabilidades y prácticas solidarias innatas también a ese desarrollo emprendedor. Significa que, los emprendedores en su interacción social no abandonan los preceptos por los cuales se define al emprendimiento como un bien común generador de solidaridad entre los sujetos sociales.

Los comportamientos negativos forman parte de la comprensión de la naturaleza de un sistema de interacción social que se adjetiva por excelencia el logro de la integración social. Para este caso de estudio resulta una integración que se construye con enfoque territorial, en el reconocimiento de diferenciaciones sociales, procesos participativos por fortalecer y valores de aparente esencia contradictoria que ahora se comparten.

Percibido de esta manera, la integración se reinventa constantemente por una interacción social que da sentido a todas y cada una de las características -incluso las problemáticas- en que descansa. Subestimarlas en el proceso de cambio de la sociedad cubana perdería de vista a un individuo en su experiencia real de vida, debido en lo fundamental, a la interpretación y vínculo que de lo territorial emana para continuar ahondando en la predicción e impactos generados por la propuesta de perfeccionamiento de la sociedad cubana. El emprendimiento es solidaridad, competitividad, diversidad, transformación, reflexión crítica y diálogo entre todos, en cada momento y lugar en que estamos.

Esta afirmación sirve para pensar en posibles amenazas que puedan dinamitar un contexto de aparente normalidad, para aceptar que los lazos sociales se construyen excepcionalmente como resultados específicos, contextualizados y, finalmente, para proporcionar y hacer frente a lo verdaderamente ineluctable.

Memorias de interacción social

De forma individual el emprendimiento constituye una fuente importante de ingresos que permite a las personas mejorar económicamente y crear las condiciones necesarias para el logro de su bienestar. En tanto oportunidad laboral Borges González (2019), se interroga sobre cuántos trinitarios han dejado los empleos estatales correspondientes a las profesiones en las que se formaron (o no) para crear un negocio independiente, que le va a generar todos los días una cuota de remuneración. En cualquier caso, G. Alcántara Benítez (comunicación personal, 2019), insiste en la importancia de que “la persona se integre socialmente por la vía del TCP, porque al final eso es lo que se quiere”.

En otros términos económicos M. Alborado Escobar[6] (comunicación personal, 2019), considera que “esta es una forma de gestión que no podemos marginar”. Acompañando las acciones de la Oficina del Conservador y la contribución de los ingresos de las diferentes entidades estatales del territorio, la Directora explica que el TCP tiene alrededor del 50% de los ingresos que contribuyen al presupuesto del Estado cubano y al desarrollo de Trinidad. En este sentido, se muestra la relevancia de los aportes, por concepto de tributo del cuentapropismo trinitario, que oscilan en un 32,2% a nivel provincial (Gutiérrez Medina, comunicación personal, 2019 y Alcorta López, comunicación personal, 2019).

El desarrollo municipal se ve favorecido, además, por el proceso de revitalización de la zona patrimonial que desarrollan los emprendedores. A nivel comunitario las personas han utilizado sus ingresos personales para la conservación de su inmueble y, por ende, de la comunidad. Teniendo la vivienda en función del ejercicio de cualquier servicio a la comunidad, se alude a la distinción de la Conservación Patrimonial, que la Oficina del Conservador ha otorgado a arrendadores de viviendas y titulares del servicio gastronómico en restaurants.

En igual medida resulta el TCP un defensor de la cultura y tradiciones trinitarias. Pese a la innovación que lo tipifica, “este es un tema que está rescatando en Trinidad” (Alborado Escobar, 2019). Visible en fiestas como “La Candelaria”, “La Cruz de Mayo”, la “Fiesta de San Juan” o simplemente como parte del accionar cotidiano, el emprendimiento se debate entre el sincretismo religioso heredado, la cubanía y lo popular e identitario. Es así que potencia el disfrute de platos típicos de la cocina y coctelería trinitaria y cubana, realza los símbolos patrios y mantiene viva las manualidades; lo que contribuye a la proclamación definitiva de Trinidad como Ciudad Artesanal del Mundo en 2018 y Cuidad Creativa del Mundo en 2019.

Sin dudas, el cuentapropismo ha venido a reconstruir y formar parte indispensable de la realidad económica y socio-cultural de este municipio. En este sentido, Alcántara Benítez (2019) asegura: “Como Trinidad no hay dos. En Trinidad el TCP está más organizado que en ningún otro lugar, allí no se queda ningún turista sin transporte, servicio de habitación o cualquier otro que desee. Está organizado con buenas prácticas desde los propios emprendedores. Es algo que hay que conocer. Hoy nos hemos desentendido de estas prácticas y los hemos dejado al libre albedrío, a que los emprendedores marchen solos” Alcántara Benítez (2019).  

La construcción de tal conocimiento se constituye en arista de trabajo; dada la necesidad de articular todas las potencialidades del municipio para que con autonomía y responsabilidad invierta en su propio desarrollo, y así, “(…) los trinitarios, los cubanos y los extranjeros disfruten tanto en un restaurant estatal con todas las condiciones y un buen servicio, como en uno no estatal. Queremos lograr eso y estamos luchando por ello” (Alborado Escobar, 2019). 

Como un agente de cambio se desvela, por ende, el emprendimiento en Trinidad. Comportamiento propio y objetivos socialmente deseables, distinguen a un subsector que se ha de conocer cuando se trata, sobre todo, de cambiar para bien la vida de las personas. De esta manera, determinar cómo se manifiesta la interacción social con el desarrollo de los emprendimientos en el municipio Trinidad, provincia Sancti Spíritus, Cuba, desde la promoción colectiva de las responsabilidades, lugar de cada individuo en la sociedad y por sus aportes a la vida social deja abierto el camino hacia el cumplimiento del objetivo propuesto.

En el marco de las transformaciones que asisten la sociedad cubana, esta constituye la oportunidad de mostrar desde el caso de estudio: vivencialidad, realización de proyectos de vida, significación social del emprendimiento y los retos que aún persisten en el proceso de perfeccionamiento de la sociedad cubana. Al mismo tiempo, se constituye en referente de obligada consulta, en memoria histórico-temporal, como antecedente de un contexto de cambio y ajuste estructural en el funcionamiento del TCP en Cuba. 

Conclusiones

El artículo tuvo como objetivo profundizar los supuestos relativos a los emprendimientos en una estrategia nacional de base socialista. Su contribución particular fue determinar las formas de interacción social que se manifiestan con el desarrollo de los emprendimientos que intervienen en las condiciones objetivas de un contexto particular, relacionadas con la actividad material de producción, así como con los aspectos subjetivos que se enfocan en la responsabilidad social y el sentido de pertenencia de los individuos que forman parte de esa sociedad.

La actualización del Modelo cubano plantea el involucramiento activo de los individuos en los procesos de toma de decisiones, la justa y equitativa distribución de la riqueza por el trabajo aportado, la preservación de las conquistas sociales, entre otros. En este proceso el TCP como forma de emprendimiento genera novedosas oportunidades laborales, potencia la oferta de bienes y servicios y concreta proyectos de vida. Se trata de una forma de gestión económica que contribuye a diversificar la actividad productiva para crear un valor individual y social.

Desde la construcción de estándares de calidad, la creatividad e innovación de los emprendedores, la disposición al riesgo que resulta de las decisiones, la responsabilidad social y la profesionalidad del emprendedor en el ejercicio de su actividad se reafirma la oportunidad laboral que representan para conducir la satisfacción de necesidades y la inclusión de los sujetos sociales en la dinámica del territorio.

Con el desarrollo de los emprendimientos se hace particular para el caso de estudio, formas competitivas de interacción social. La competencia en este caso se interpreta por su contenido de superación constante del individuo, el negocio y para la organización de engranajes que involucran a otros. O sea, que esta vez la competitividad se construye en el gusto por el trabajo y la independencia laboral para evitar la reproducción de formas de alienación que degeneran en consecuencias adversas al sentido humano del emprendimiento.

Prácticas solidarias nutren también la interacción social. En contrapartida de afirmaciones que exaltan el lado oscuro del emprendimiento, se confirma el compromiso social vigente con el perfeccionamiento de la sociedad cubana y el sentido de formar parte de un interés colectivo; como un emprendedor laborioso, cooperativo y respetuoso de sus similares, que encuentra en el territorio el escenario inmediato para la gestación de la transformación social.

Como microcosmos del emprendimiento cubano que es, el municipio Trinidad permite por vía de sus emprendimientos mostrar el modo específico en que se concreta la manifestación de sus formas de interacción social. Esta constituye la oportunidad para introducir en el debate público las memorias de sus formas de interacción social desde una experiencia real de desarrollo del emprendimiento; enfatizando en el papel de los actores sociales y su capacidad de autodeterminación, con la intención de promover una mirada bidireccional en la forma en la que se gesta, transita y aporta al proceso de transformación de la sociedad cubana.

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Conflicto de intereses

 

La autora declara no tener conflictos de intereses.

 

 

 

 

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[1]  Se asume como tal a los trabajadores cubanos que, siendo o no propietarios de los medios y objetos de trabajo realizan actividad comercial y de servicios legalmente autorizada; no están sujetos a un contrato laboral con entidades jurídicas por estar registrados en la Oficina Nacional de Administración Tributaria (ONAT) donde pagan sus impuestos según lo establecido por la legislación vigente y, por tanto, no pertenecen al sector estatal de la economía ni constituyen modalidades de inversión extranjera (Banco Central de Cuba, Resolución 112 de 2020; Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI), 2020).

[2]  Socialista de todo el pueblo, cooperativa, mixta, privada y de organizaciones políticas, de masas, sociales y otras entidades de la sociedad civil cubana (Partido Comunista de Cuba (PCC), 2017).

[3]Caracterización de la apropiación que hace la población residente en Sancti Spíritus de la implementación de los Lineamientos, desde la cohesión social, formando parte de los nuevos emprendimientos laborales y socioproductivos en consejos populares, barrios y comunidades”. Proyecto institucional asociado al Programa Nacional “Sociedad Cubana”. Retos y perspectivas en el proceso de actualización del modelo económico y social”. Período 2017-2019.

[4] “Participación de la población espirituana en la consolidación de la Estrategia de Desarrollo hasta 2030”. Proyecto territorial auspiciado por el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA) en Sancti Spíritus. Período 2020-2023.

[5] Manuel Castillo Díaz. Emprendedor trinitario. Actividad: Arrendador de viviendas, habitaciones y espacios.

[6] María Alborado Escobar. Directora Municipal de Trabajo. Municipio Trinidad, provincia Sancti Spíritus, Cuba.