Recibido: 13/4/2023, Aceptado: 15/6/2023, Publicado: 04-07-2023
Volumen 26│ Número 67│
Julio-Octubre, 2023|
Revisión bibliográfica
El
tutor y su desempeño pedagógico en la práctica laboral de la carrera de
Derecho
Tutors and their pedagogical performance
in the work-integrated learning of Law students
Vania González Meneses1
E-mail: vaniag@uniss.edu.cu
Deibis Buchaca Machado1
E-mail: dbuchaca@uniss.edu.cu
Yamila
Milagros Antunez Pérez1
E-mail: yantunez@uniss.edu.cu
¹Universidad de Sancti Spíritus “José
Martí Pérez”. Sancti Spíritus, Cuba.
*Esta investigación responde al
Proyecto Institucional del Centro de Estudio de Ciencias de la Educación:
“Concepción científico metodológica para la formación integral del estudiante
universitario”.
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¿Cómo citar este artículo?
(APA, Séptima edición)
González Meneses, V., Buchaca
Machado, D. y Antunez Pérez, Y.
(2023). El tutor y su desempeño pedagógico en la práctica laboral de la carrera
de Derecho. Pedagogía y Sociedad, 26 (67), 67-88. https://revistas.uniss.edu.cu/index.php/pedagogia-y-sociedad/article/view/1722
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RESUMEN
En
la formación de los profesionales del Derecho ha estado presente de manera
significativa la práctica
laboral desarrollada en cada año académico, jugando un papel primordial el desempeño profesional pedagógico del tutor, supeditado al contexto y la cultura en que se formula y se desarrolla. La
presente investigación se dirige al estudio de la labor del tutor en la
práctica laboral de la carrera de Derecho en función de contribuir al
perfeccionamiento de su desempeño profesional pedagógico, de vital importancia por la
influencia que ejercen en la
formación integral del estudiante universitario. Este artículo tiene como
objetivo ofrecer reflexiones teóricas
acerca del desempeño profesional pedagógico del tutor en la práctica laboral y su influencia en la formación integral del
estudiante de la carrera de Derecho. Se ofrecen un conjunto de
ideas esenciales que distinguen la labor del tutor de la práctica laboral
para conducir la formación integral del estudiante de la
carrera de Derecho, desde una relación de ayuda, de orientación a su desarrollo
y apoyo a sus necesidades en la actividad pre-profesional.
Palabras
clave: derecho; práctica laboral; práctica pedagógica; tutor.
ABSTRACT
In the training
of law professionals, the work-integrated learning developed in each academic
year has been significantly present, where the tutors' professional pedagogical
performance is essential, subject to the context and culture in which it is
formulated and developed. The present research aims to study the tutors' role
in the work-integrated learning of Law students in order to contribute to the
improvement of their pedagogical professional performance, of vital importance
due to the influence they exert in the integral formation of university
students. The objective of this paper is to offer theoretical reflections about
the professional pedagogical performance of tutors in the work-integrated
learning and its influence in the integral formation of Law students. A set of
essential ideas are offered that characterize the role of tutors of the
work-integrated learning to conduct the integral formation of Law students,
from a relationship of help, guidance towards their development and support to
their needs in the pre-professional activity.
Keywords: law; pedagogical practice; tutor; work-integrated
learning.
Introducción
Uno
de los grandes retos de la Educación Superior en Cuba es la formación de
profesionales con una preparación integral, los que una vez egresados, deben
responder a las crecientes y continuas demandas, así como a las
transformaciones sociales y resolver de una manera efectiva los problemas de la
práctica profesional.
A su vez, encauzar una universidad creativa, de currículo flexible y contextualizado, constituye otro de los desafíos actuales junto con el avance en la producción intelectual y científica, tanto en la creación de conocimientos como en la producción y los servicios; por tanto, de lo que se trata es de alcanzar una universidad que establezca relaciones con todos los sectores de la sociedad y con los distintos contextos socioculturales del territorio, provincia, nación y otros países.
En este sentido, el trabajo en la
educación superior debe desarrollarse erigido sobre acciones científicas y
conscientes que garanticen la preparación integral de los futuros egresados,
sobre la base de una sólida formación científico-técnica, humanística y de
altos valores ideológicos, políticos, éticos y estéticos. Para el logro de estos presupuestos, la figura del tutor
juega un papel primordial.
En la Educación Superior por demás, el
tutor debe contribuir a la formación de profesionales responsables, capaces de
desempeñarse con independencia, seguridad y flexibilidad en diferentes
contextos, alcanzando de manera individual, los aprendizajes que demanda cada
profesión, en correspondencia con sus exigencias particulares.
En la formación de los Licenciados en Derecho tiene una gran significación el ejercicio jurídico o práctica laboral, por lo que resulta de gran importancia reconocer a los mejores profesionales de cada institución jurídica en su misión de transmitir sus experiencias a los juristas en formación. Sin embargo, estos especialistas que se desempeñan como tutores en las referidas instituciones, no poseen preparación pedagógica que los habilite para un desempeño de este tipo.
Justamente, esta investigación está
dirigida a los tutores de la práctica laboral, quienes son especialistas en las
instituciones jurídicas, no tienen formación pedagógica y categorías docentes
en la mayoría de los casos, pero tienen dentro de sus funciones laborales la de
la formación profesional de los estudiantes.
Atendiendo a que la
práctica laboral es la
disciplina en la cual los estudiantes incursionan en el campo profesional, es
importante que los tutores tengan la preparación suficiente para realizar este
trabajo y sean capaces de influir en los diferentes modos de actuación
profesional del Licenciado en Derecho.
Por ello, una de las tareas esenciales a
cumplir por las estructuras de dirección y metodológicas correspondientes, es
la adecuada selección y preparación de los tutores de las entidades laborales
de base, donde se realizan las prácticas laborales, los cuales tendrán la
responsabilidad de la formación de los estudiantes en una interacción directa y
sistemática que les permita trasmitir sus mejores experiencias. Esta
responsabilidad implica a la vez un alto honor y un desafío para todos los
implicados.
Los
Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución
reconocen la importancia y la necesidad de potenciar la educación como una
conquista, se hace referencia a la responsabilidad de los organismos, entidades
estatales, consejos de la administración y otros actores económicos, en la
formación y desarrollo de los estudiantes a fin de garantizar la fuerza de
trabajo calificada y la actualización de los programas de formación e
investigación de las universidades en función de las necesidades del
desarrollo.
El desempeño profesional
pedagógico del tutor como problema de importancia ha sido abordado en el área
internacional y nacional por autores, tales como: Álvarez Mesa (2014); Medina Alfonso. (2017);
Rojas
(2021); Capote Castillo et al. (2022), entre otros.
Los mismos reconocen que, la tutoría se enmarca dentro de la responsabilidad del docente, y constituye una actividad de carácter formativo, dirigida a la formación integral del estudiante universitario. Exploran la relación que se establece entre la tutoría, el modelo de formación en la Educación Superior y las cualidades que debe poseer el tutor para lograr un adecuado desempeño profesional pedagógico.
Se deja enmarcado que, con
el advenimiento de la universidad moderna, se produjo el surgimiento de
diferentes modelos de formación, en los que se destaca al tutor como el
profesor que acompaña al estudiante durante todo su período de formación.
En
tal sentido, el estudio exploratorio realizado por los autores sobre la
problemática, resultado de la observación científica, análisis de los informes
de visitas integrales y especializadas, de los procesos de autoevaluación y
evaluación de carrera, encuentros con representantes de las distintas entidades
laborales base y colectivos metodológicos; se identificaron insuficiencias
relacionadas con la integración universidad–entidad laboral de base,
caracterizada por la falta de preparación teórica y metodológica de los
especialistas que se desempeñan como tutores en estas entidades en función de
planificar, organizar, ejecutar, orientar y controlar adecuadamente las
actividades del proceso de formación que deben desarrollar los estudiantes en
correspondencia con su modelo de formación profesional.
Las
valoraciones teóricas realizadas hasta este momento y los resultados
preliminares de carácter exploratorio, permitieron determinar la contradicción
en su forma externa entre el encargo social de la entidad laboral de base y el
nivel de preparación alcanzado por los tutores para asumir las exigencias del
contexto laboral. Se declara como objetivo: ofrecer reflexiones teóricas acerca del desempeño
profesional pedagógico del tutor de la práctica laboral y su influencia
en la formación integral del estudiante de la carrera de Derecho.
Desarrollo
Desde los propios inicios del desarrollo social se contextualiza la
figura del tutor con diversos fines, es así que están reconocidos en el ámbito
jurídico, social, educacional y literario, entre otros. Propiamente en al
ámbito educacional, con independencia del país y del nivel de enseñanza de que
se trate, es recurrente definir la tutoría con los términos de ayuda, apoyo,
seguimiento, cooperación, con respecto al tutorado dentro de la amplia
extensión de la actividad pedagógica.
En tal sentido, la Educación
Superior no escapa a ello e incluso esta figura logra una importante
significación, pues el tutor contribuye a la formación de profesionales en
total consonancia con los modos de actuación propios de la profesión e,
igualmente, al tratarse de un graduado de la Licenciatura en Derecho, este debe
influir en el reforzamiento de los valores de la responsabilidad, del
humanismo, de la equidad, de la ética y de la justicia.
El tutor se constituye en un agente
socializador que debe poseer la preparación necesaria no solo para instruir,
sino para educar a los estudiantes, potenciar y promover conocimientos, hábitos
y habilidades, además tiene el rol de dar apoyo emocional y afectivo a estos,
creando escenarios de acogida, cercanía afectiva, confianza y bienestar.
Los fines de la tutoría se aprecian en el reconocimiento de una considerable variedad de aspectos de la personalidad del estudiante sensibles a ser formados y modificados por su influencia directa, lo cual la confirma como una actividad pedagógica dirigida a lograr el desarrollo humano de los estudiantes.
La precisión de las funciones del tutor en la Educación Superior, constituye otro aspecto importante en su desempeño profesional pedagógico, de ahí, la necesidad de su determinación y caracterización, aspecto de gran utilidad para esta investigación. Es necesario destacar, la poca uniformidad que manifiestan los estudiosos de la figura al reconocer estas funciones, aunque la mayoría las considera parte esencial del desempeño profesional pedagógico del tutor.
Por otra parte, los autores coinciden con López (s/f) como se citó en Medina Alfonso (2015) cuando afirma que “las funciones del tutor no son fijas, sino que sufren transformaciones como consecuencia del influjo que sobre ellas ejercen las instituciones como sistemas sociales que también son realidades dinámicas, sujetas a diversas transformaciones” (párr.14), por lo que puede considerarse la tutoría como una realidad que se conforma institucionalmente en correspondencia con el momento histórico en que se desarrolla.
Es
necesario recordar que la enseñanza tutelar:
Es la forma docente
más completa y compleja de la educación en el trabajo y se precisan
determinadas cualidades para las funciones que debe cumplir el tutor, persona
seleccionada a tales efectos, quien entre sus destrezas posee la que el
aprendizaje sea focalizado en el estudiante y para esto lógicamente se precisa
de conocimientos y experiencias. (Salazar-Duany et al., 2022, p.19)
Por
ello la presente investigación recurre a la Doctrina del materialismo
dialéctico y al enfoque histórico cultural, al poseer ambos una esencia
humanista, se basan en la concepción ontológica de la filosofía marxista y son
coherentes con el legado martiano y el pensamiento pedagógico cubano.
Desde
el enfoque histórico cultural se explica la educabilidad del hombre,
conformándose una teoría del desarrollo psíquico, dialécticamente integrada al
proceso educativo, lo que demuestra las posibilidades con que disponen los
educadores para influir en los sujetos implicados en un proceso de formación y
desarrollo, vinculando la acción educativa en todos los espacios en que vive.
Es
necesario destacar que la categoría principal de esta teoría psicológica es la
apropiación del hombre de la herencia cultural, elaboradas por las generaciones
precedentes, asumida como las formas y recursos a través de los cuales el
sujeto, de forma activa y en íntima relación con su entorno familiar o
profesional, hace suyo los conocimientos, las técnicas, las actitudes, las
tecnologías, la práctica, los valores, los ideales de la sociedad en que vive y
los mecanismos mediante los cuales se autodesarrolla.
En
la misma, el sujeto se apropia de la herencia cultural, la construye, la
desarrolla, la enriquece y la transforma; se manifiesta una unidad entre
educación e instrucción, lo cual presupone que el proceso de apropiación se
vincule tanto al plano cognitivo como al afectivo.
Por
su parte, la teoría de la Educación Avanzada, destaca la importancia de los
tutores para el cumplimiento de los objetivos fundamentales de la educación
superior, en lo referente a la intención de un proceso formativo dirigido a la
transformación que se aspire a alcanzar en los estudiantes, capaces de
construir el conocimiento y transformar la realidad por lo que se trata de un
proceso pedagógico que comprende más que la instrucción, la educación.
La
nueva definición se conformó a partir de identificar el desempeño como punto de
partida para el proceso de mejoramiento de los hombres y, por tanto, considerar
el mejoramiento del desempeño como un proceso consciente, que se desarrolla por
medio del sistema de interrelaciones que se establecen entre los sujetos
implicados en este, y los aportes del proceso de profesionalización como
proceso pedagógico fundamental, continuo, que atiende la integridad de los
sujetos y tiende a desarrollar y consolidar las competencias por aproximaciones
sucesivas, estableciendo diferentes niveles de profesionalidad para la vida
social y profesional, de acuerdo con los requerimientos de la sociedad (Añorga Morales, 2014).
La literatura pedagógica recoge entre
los agentes que interviene en la formación de los estudiantes a los profesores
guías y profesores tutores, los cuales tienen una formación pedagógica y son los
encargados de asesorar a los estudiantes durante su transcurso por la
universidad.
En el caso propiamente de los tutores,
estos no son docentes, pero tiene la responsabilidad de orientar, asesorar,
evaluar y estimular el crecimiento personal del estudiante durante su práctica
profesional, que culmina con una evaluación final
En
este sentido, Martínez Quijano (2007) señaló: “El tutor y la tutoría han ido
evolucionando y adquiriendo matices diferentes, por ello sus definiciones son
variadas, diversas y dependen del tipo de universidad, dirigiéndose más a la
orientación y ayuda en los últimos años, (…)” (p. 25).
Esta investigación se enfoca en el
tutor de la práctica profesional que tiene la responsabilidad de la formación
para el desempeño profesional de los estudiantes en situaciones reales.
En consonancia con lo abordado, se tiene como presupuesto la propuesta de
Álvarez (2014),
al plantear:
El estudio teórico del comportamiento
de la figura tutorial no debe separarse de los modelos de formación, pues el
tutor se inserta como sujeto participante y cumple sus funciones en respuesta
al momento histórico y los contextos donde estos se aplican. (p. 23)
Por
su parte Añorga Morales se refiere al tutor como:“el profesional que adquiere
formalmente un compromiso frente a una institución y para un tutelado; su labor
consiste en guiar, orientar, evaluar y seguir el trabajo de investigación’’
(2002, p. 50).
Así
también, Añorga Morales lo identifica como aquel: “profesional con el cual se
establecen vínculos y relaciones afectivas e intelectuales para el mejoramiento
profesional y humano del alumno de acuerdo con intereses sociales e
individuales” (2002, p. 52).
Igualmente Capote Castillo et al. (2022), establece como funciones esenciales del tutor:
- Guiar, controlar y asesorar el proceso de formación profesional
pedagógica y de crecimiento personal, de los estudiantes a él asignados, a
partir de su experiencia en el ejercicio de la profesión.
- Establecer relaciones
afectivas e intelectuales con el estudiante en formación.
- Trabajar en función de obtener
mejoras en el orden profesional y humano logrando la formación integral del
futuro educador.
- Implementar acciones que
tengan en cuenta las necesidades e intereses individuales y colectivos de los
estudiantes. (p.192)
Los mismos reconocen que, la tutoría se enmarca dentro de la responsabilidad del docente, y constituye una actividad de carácter formativo, dirigida a la formación integral del estudiante universitario. Exploran la relación que se establece entre la tutoría y el modelo de formación en la Educación Superior y las cualidades que debe poseer el tutor para lograr un adecuado desempeño profesional pedagógico.
A partir de la experiencia de trabajo de los autores
se puede afirmar que, en el modelo de formación aplicado en la universidad
cubana, y propiamente en la carrera de Derecho, antes de la implementación de
la universalización de los estudios superiores, (curso 2001-2002), la figura
del tutor y la tutoría, no desempeñaron un papel significativo, pues solo se
limitaba a la dirección de la actividad científica de los estudiantes, mediante
la atención a los trabajos de curso y diploma.
Desde el momento señalado, la tutoría en la carrera de Derecho, se implementa en el modelo de formación de las sedes universitarias, adoptándose al mismo tiempo, de manera paulatina en el modelo de formación del curso regular diurno. La implementación de la misma, evidenció la ausencia de una concepción integral de la tutoría y la poca precisión en las funciones que debía cumplir el tutor como parte de su desempeño profesional pedagógico.
Como se ha dicho, en este
sentido corrió con mejor suerte en la Carrera el curso por encuentro en sus
inicios con la universalización de la educación superior, que con
el propósito de apoyar, guiar, orientar y controlar fuera de las aulas, a la
diversidad de estudiantes que integraron los numerosos grupos universitarios,
reaparece realmente la figura del tutor, al ampliarse sus funciones,
identificado como el profesional del Derecho en ejercicio, encargado de las
facultades antes mencionadas y por lo cual se contrata con una remuneración por
ello. Desde esa perspectiva se pretende se mantenga su cometido hasta la
actualidad, aunque en otros escenarios propios del perfil.
Actualmente aún, a pesar de la
relevancia de esta figura, se identifica y limita, básicamente, a la atención
de los estudiantes del curso diurno, durante su trabajo de diploma.
La Resolución No. 2 de fecha 17 de enero de
2018 del
Ministerio de Educación Superior (2018), anterior Reglamento de Trabajo Docente y
Metodológico de la Educación Superior, le atribuía la función tutorial por
excelencia a la modalidad a distancia, sin excluir de ella a la presencial.
Reconocía la realización del trabajo metodológico del colectivo de año para
alcanzar la preparación de los tutores. Establecía que una de las formas
organizativas fundamentales del trabajo docente en la educación superior era la
tutoría.
El artículo 39 entre otros, reforzaba la idea
de que para que el trabajo del tutor resultara efectivo debía tener una
formación científica e investigativa y una preparación psicopedagógica que le
permitiera identificar las necesidades académicas y educativas de los
estudiantes que atendía y realizar las acciones personalizadas que correspondiesen.
Por su parte el artículo 153 establecía, que
la tutoría tenía como objetivo asesorar y guiar al estudiante para contribuir a
su formación integral, concretándose en la atención personalizada y sistemática
a un estudiante o grupo reducido de ellos. Sin embargo, no establecía la
materialización de esta actividad en el proceso de la práctica pre profesional
de la modalidad del curso diurno, a partir de las particularidades que ello
encierra.
La
reciente promulgada Resolución 47, “Reglamento organizativo del proceso docente
y de dirección del trabajo docente y metodológico para las carreras
universitarias”, hace reconocimiento a la figura del tutor desde sus diferentes
funciones y señala, al igual que su antecesor, el papel protagónico del mismo en
la educación a distancia, así como para las correspondientes justificaciones de
las ausencias de los estudiantes (Ministerio de Educación Superior, 2022).
Propiamente,
en su artículo 129 se reconoce al trabajo metodológico como la vía para que los
jefes de departamento, decanos y directores de centros universitarios
municipales y filiales utilicen para alcanzar su eficacia en la preparación de
profesores, tutores, adiestrados y personal de apoyo.
En
el Artículo 153.1 se establece al colectivo de año académico como el encargado
de llevar a cabo el trabajo metodológico y exactamente formando parte de este
nivel organizativo, se encuentran los tutores.
En
el artículo 158.1 se establece que el tutor es miembro del colectivo de año
académico. Es un educador que tiene la responsabilidad de integrar el sistema
de influencias educativas presentes en los distintos ámbitos del desarrollo
personal del estudiante, al brindarle asesoría académica e investigativa y el
apoyo necesario para la toma de decisiones, por lo que su papel es esencial en
la formación armónica del estudiante.
En
esta definición de la actual Resolución 47-2022, rebasa la trivial definición
anterior de esta figura al equipararlo a un educador, con la responsabilidad de
influir en las disímiles aristas de desarrollo de los estudiantes, o sea se le
reconoce un compromiso real con la formación integral de los mismos.
En
el apartado 3 de este último artículo se establece que para que el trabajo del
tutor resulte efectivo, además de ostentar una adecuada formación científica y
profesional, debe poseer una preparación psicopedagógica que permita
identificar las necesidades académicas y educativas de los estudiantes que
atiende y realizar las acciones personalizadas que correspondan.
En
el artículo 270.1 se reconoce a la tutoría como una de las formas organizativas
fundamentales del trabajo docente en la Educación Superior.
El
artículo 295.1 establece, que la tutoría es la forma organizativa del trabajo
docente que tiene como objetivo asesorar y guiar al estudiante durante sus
estudios, para contribuir a su formación integral, que se concreta mediante la
atención personalizada y sistemática a un estudiante o a un grupo muy reducido.
Esta atención se realiza con encuentros planificados en el horario docente y encuentros
adicionales, de acuerdo con las necesidades de los estudiantes y de los
tutores.
Este
nuevo Reglamento reconoce que el contenido de la tutoría está dirigido, en
esencia, a la concreción de la estrategia educativa como respuesta a las
principales necesidades de los estudiantes, identificadas en su diagnóstico,
caracterización y evaluación.
De
igual forma, establece que en las acciones que realice el tutor para favorecer
la formación profesional del estudiante, debe hacer hincapié en la formación de
valores y en el desarrollo de habilidades necesarias para el logro de un
aprendizaje autónomo.
El
artículo 320 establece que, en la evaluación final de la práctica laboral,
siempre que sea posible y necesario, se debe contar con la valoración de los
directivos y tutores de las entidades laborales, acerca del desempeño de los
estudiantes insertados en ellas.
Se
presume una labor pedagógica importante del tutor en todas las modalidades de
estudios, adquiriendo una mayor connotación en el curso diurno debido a las
características de los estudiantes en este y a la encomienda legal que se le
hace de incidir en la formación en valores, en el desarrollo de habilidades
para la autogestión del aprendizaje y en el desempeño de los estudiantes
durante la práctica laboral.
Como se observa es
bien compleja la labor de los tutores, aunque muchas veces no se tenga
conciencia de ello. El tutor de la práctica laboral, debe lograr no solo un
correcto desempeño profesional frente a los estudiantes, sino también un
adecuado desempeño pedagógico, o sea su ejercicio o cometido, adquiere una
doble dimensión, desde su especialidad y desde lo formativo.
Por ello se impone
la preparación pedagógica de estos en función de su mejor desempeño y el logro
de sus funciones, de manera que puedan incidir en la formación integral de los
estudiantes.
Es evidente que en
la figura del tutor debe primar su alta preparación en ciencias como la
Pedagogía, la Didáctica, así como de su Profesión, para asumir la dirección de
un proceso formativo con respecto a sus estudiantes y convertirse en un modelo
de actuación frente a estos.
La interacción con
los sujetos a formar, a la vez de satisfacer las necesidades e intereses de
estos, debe responder al unísono a las de los tutores, de manera que los mismos
se mantengan motivados con esta actividad y puedan responder a los objetivos,
prioridades y exigencias del Plan de Estudio.
Analizar
los aspectos más relevantes, según los estudios realizados por diferentes
investigadores, en relación con el desempeño profesional pedagógico del tutor,
resulta de trascendental importancia para el proceso de formación de
profesionales.
El
desempeño profesional ha sido ampliamente estudiado por disímiles
investigadores, destacándose en ese sentido, entre otros: Medina
Alfonso (2017), Alonso et al.
(2022), Roca Serrano (2001), Mena
Lorenzo (2008) y Capote et al. (2022).
En el estudio teórico abordado se
traduce el desempeño profesional pedagógico de diferentes maneras, por ejemplo,
como un conjunto de acciones, como capacidad del individuo, como la forma de
manifestación por el trabajador de sus conocimientos, como la actuación real
del docente encargado de orientar y se ha visto, además, identificado como un
proceso.
Es lógico acotar
que las acciones dirigidas a lograr el mejor desempeño pedagógico del tutor, se
diseñarán en cualquier caso con énfasis en la profesión de que se trate y en
total correspondencia con los modos de actuación profesional.
Teniendo en cuenta estos presupuestos sobre el
desempeño profesional del tutor, para su análisis teórico se parte de la posición de
Medina Alfonso (2017) al definirlo como:
El desempeño
profesional representa las
diferentes acciones que realiza el ser humano en el cumplimiento de las
funciones o responsabilidades que le han sido asignadas socialmente, su
actuación depende en gran medida de la formación profesional alcanzada y las
particularidades del medio social en el
que se desenvuelve,
además, representa la idoneidad
del individuo, expresada en sus potencialidades reales para cumplir con
el encargo social asignado, constituye una condición esencial para evaluar la
calidad del cumplimiento de las acciones inherentes al compromiso adquirido con
la sociedad, a través, de la función o responsabilidad que desempeña y se
contextualiza en correspondencia con la profesión y los niveles de desarrollo
alcanzados por la ciencia y la cultura. (p.32)
En este mismo sentido Roca Serrano (2001) establecen:
Capacidad de un individuo para el cumplimiento de sus funciones, acciones
y papeles propios de la actividad pedagógica profesional, el logro de un
mejoramiento profesional, institucional y social, evidenciado en su competencia
para la transformación y producción de nuevos conocimientos y valores y la
plena satisfacción individual al ejecutar sus tareas con gran: cuidado,
precisión, exactitud, profundidad, calidad y rapidez. (p. 24)
Para Alonso et al. (2022) el desempeño profesional se interpreta como:
La forma de
manifestación (expresión) por el trabajador en formación inicial o continua del
desarrollo de conocimientos, habilidades y valores profesionales durante la
realización de tareas y proyectos en períodos alternos por ciclos formativos,
que cualifican y distinguen el cumplimiento de las exigencias socio laborales
de los puestos de trabajo donde cumple las actividades, tareas o roles
inherentes a su profesión, ocupación u oficio. (p. 24)
Desde el punto de vista de Mena Lorenzo (2008), el desempeño profesional constituye:
El conjunto de acciones que, con eficiencia y creatividad, realiza una persona, en interacción con otras y un objeto dado, en un contexto determinado, durante una actividad, para alcanzar un objetivo y así conocer, valorar y transformar la realidad objetiva circundante a la vez que se transforma a sí misma en dicho proceso. (p. 12)
De ahí que se reconozca que,
el desempeño profesional pedagógico del tutor está en estrecha relación con las
acciones que realiza para el cumplimiento de sus funciones, para lo cual
requiere de una preparación previa, dirigida a la obtención de un resultado
establecido de antemano, de acuerdo a los diferentes contextos de actuación en
que se desempeña.
Al sistematizar las posiciones teóricas
sobre el desempeño pedagógico profesional del tutor se establece que este es:
La
actuación real del docente encargado de orientar, guiar, controlar y evaluar el
proceso de formación profesional pedagógica y de crecimiento personal de los
futuros educadores a él asignados, teniendo en cuenta sus necesidades e
intereses, a partir de su experiencia en el ejercicio de la profesión donde se
pone de manifiesto lo cognitivo, lo procedimental, lo afectivo-motivacional y
lo actitudinal, en correspondencia con el nivel educativo para el que se forman
estos estudiantes. (Capote Castillo et al., 2022, p.194)
Coincidiendo con los referentes teóricos
citados, es concluyente para los autores de la presente
investigación plantear que el desempeño profesional pedagógico del tutor de las
entidades laborales de base en la carrera de Derecho constituye un proceso en
el que interactúan de manera directa, consciente y voluntaria el tutor y el
tutorado (o los tutorados), donde el primero se desempeña vinculado
directamente al ejercicio de la profesión, cumpliendo los requisitos propios
del desempeño laboral que incluye su
rol como formador, en función del estudiantado durante
una etapa del curso escolar y a partir de los objetivos establecidos para la
práctica laboral.
Además,
el análisis realizado permitió a los autores definir el desempeño profesional
pedagógico del tutor en la carrera de Derecho como el conjunto de acciones que
realiza el tutor para cumplir las funciones propias de su labor profesional, a
partir de su idoneidad, con una instrucción formalizada, motivación,
preparación jurídica, creatividad y la posesión de determinadas cualidades
personales, para lograr la formación
integral de sus tutorados en diferentes contextos de actuación, de ahí que,
tomando en consideración las particularidades propias de la carrera y las
exigencias del modelo del profesional de la misma, se define el desempeño
profesional pedagógico del tutor en la mencionada Carrera, como: la Idoneidad
del tutor para cumplir las exigencias y funciones específicas de su labor
profesional pedagógica en correspondencia con el desarrollo alcanzado por la
ciencia y la cultura, en un momento dado y en una Institución Jurídica.
Por este motivo, es importante resaltar que, como parte de su desempeño profesional pedagógico, el tutor de esta carrera, debe cumplir exigencias tales como, el dominio del modelo del profesional del Licenciado en Derecho y las vías y métodos para el conocimiento del o los estudiantes que atiende de manera individual y personalizada, con un enfoque desarrollador y diferenciado, tomando como base el conocimiento de sus propias posibilidades y, en particular, sus necesidades, motivaciones, vivencias y aspiraciones, teniendo en cuenta, además, las particularidades de los contextos concretos donde desarrolla su labor tutorial. Todo ello orientado a la formación integral de los estudiantes bajo su responsabilidad directa.
Además, es necesario que posea determinadas cualidades personales, las que se relacionan con las características positivas y relevantes de los sujetos, relacionadas directamente con el tipo de actividad que realizan.
Para garantizar que el modo desempeño pedagógico del tutor responda a las exigencias que demanda la formación del Licenciado en Derecho en la actualidad, es condición indispensable, la necesaria superación que requiere el tutor en todos los aspectos relacionados con su modo de actuación.
Con ello, logra su actualización sistemática, tanto en las cuestiones inherentes a su labor profesional, como a su propia preparación personal y cultural. La superación del tutor, debe constituir un proceso continuo, y permanente, en correspondencia con las necesidades del tutor relacionadas con el contenido de su desempeño profesional pedagógico.
Los autores enfatizan en el carácter continuo de la superación que sirve de base para el perfeccionamiento del desempeño profesional pedagógico del tutor, a partir de las dificultades detectadas, con un enfoque sistémico, continuo, de permanencia a lo largo de la vida y también generadora del cambio; dirigida hacia el perfeccionamiento, con un sentido transformador y auto transformador, por tanto, una vía para el desarrollo, la satisfacción profesional e institucional.
En tal sentido, la superación debe garantizar la preparación del tutor en función del perfeccionamiento de su desempeño profesional pedagógico con carácter integral, donde se estimule, la apropiación de conocimientos teóricos y metodológicos que le permitan un desempeño profesional pedagógico en correspondencia con las exigencias de las funciones que debe cumplir.
Por
todas estas razones, es que se confirma la necesidad de la superación
profesional del tutor para el mejoramiento de su desempeño profesional
pedagógico, y la necesidad que esta sea de manera obligatoria y cumpla con
requisitos como: ser conscientemente planificada, sistemática y sistémica.
En
correspondencia con lo anterior, la superación profesional del tutor en la
carrera Licenciatura en Derecho, debe llevarse a cabo a través de las
actividades planificadas en el propio sistema de superación de la universidad,
la facultad y la carrera.
Como parte de su superación profesional debe
procurarse su incorporación a la formación académica y científica, como vías
seguras para garantizarle una amplia cultura científica y conocimientos de
vanguardia en las diferentes áreas del saber humano, así como, para el
ejercicio de su labor tutorial, en correspondencia con las exigencias de la
Educación Superior actual en estrecha relación con las necesidades del
desarrollo económico, social y cultural del país.
Por tanto, en la Licenciatura en Derecho las características que
confluyen en el tutor, son de un profesional en ejercicios, con potencialidades
importantes para que el proceso se materialice y convierta en un momento de
aprendizaje y de desarrollo de habilidades prácticas como núcleo esencial de la
actividad tutorial en cuestión y donde, además, se refuerzan los valores éticos
de la profesión.
El Modelo del Profesional de la carrera de
Derecho aspira a que el estudiante en formación sea tutorado por la institución
jurídica de que se trate y por la universidad, de manera que pueda ser
orientado desde ambas posiciones. En esta dirección, resulta relevante la función que adquiere el
estudiante en la práctica laboral, donde debe apropiarse, de forma gradual, de
diferentes modos de actuación que solo se puede lograr bajo la orientación de
un tutor.
Las prácticas constituyen herramientas
valiosas para un mejor desempeño en los primeros años de trabajo, por lo que se
convierten para muchos en la única oportunidad que se tiene de ejercitar su
formación, conocer de cerca el funcionamiento interno de las instituciones
jurídicas, contrastar sus conocimientos y aptitudes con el perfil que demandan
las mismas e, incluso, definir sus aspiraciones profesionales.
Con el ejercicio jurídico que se desarrolla en cada
año académico de la carrera de Derecho, de acuerdo a lo que se establece en los
Planes de Estudios puestos en práctica en la modalidad del curso diurno, se
refuerza el vínculo directo entre los componentes académico, investigativo y
social, convirtiéndose este en una influencia notoria en la formación integral
de los egresados del Sector Jurídico. Para la materialización de este ejercicio
y su feliz éxito, juega un papel primordial la figura del tutor.
Para ello y cumplimentando los convenios existentes
entre el Departamento de Derecho y las Instituciones Jurídicas, se organiza un
encuentro entre ambas partes para contextualizar los objetivos de la práctica
laboral para cada año académico y distribuir los estudiantes por cada
dependencia municipal. Se organiza su recibimiento y se determinan los tutores
que los atenderán. Al unísono, cada profesor principal de año reúne a sus
estudiantes para explicarles la distribución del ejercicio jurídico, sus
objetivos, el instrumento de evaluación de este ejercicio, los tutores
asignados y los horarios establecidos, además de analizar otras inquietudes de
los estudiantes.
Estas cuestiones, aunque pudieran parecer efímeras o
triviales, la realidad ha demostrado que cuando faltan en estos procesos, no
fluyen de manera exitosa las prácticas laborales. Además, no siempre se logra
este encuentro de planificación, porque no se organiza o porque, no todas las
partes involucradas asisten al mismo.
Dentro de las funciones del tutor se encuentra, al
llegar el estudiante al Centro, asegurarse que dominen las características
esenciales del trabajo de la institución de que se trate, ubicarlos en sus
puestos de trabajo, presentarles a los colegas con los que con más frecuencias
van a interactuar, las actividades previstas durante la estancia en el lugar.
Es muy importante explicarles las limitaciones que tendrán en cuanto al acceso
a las oficinas, a la manera de vestir, los horarios de trabajos, la disciplina
a cumplir, entre otras cuestiones. Ello permitirá incidir por parte del tutor
en los valores de la responsabilidad y la ética profesional de los estudiantes,
por tanto refuerza la labor formativa del tutor en la entidad laboral de base.
El tutor debe tener las habilidades necesarias para
llevar a la par su labor con la trasmisión de conocimientos, las experiencias
prácticas, contar sus anécdotas profesionales a los estudiantes, todas muy
motivantes para ellos. Es muy importante que perciban la posibilidad de poder
llegar hasta el tutor siempre que lo necesiten y desarrollar una buena
comunicación entre ambas partes.
La práctica laboral es el momento oportuno para que el
estudiante, además, visualice la materialización de las figuras jurídicas
estudiadas en clases, el ejercicio de las mismas, las contradicciones que
pueden aparecer entre la teoría y la práctica, la determinación de problemas
científicos, etc. Todo lo anterior será posible con la presencia de un tutor
preparado para que se desempeñe como tal.
En la formación de profesionales, fluye de manera
natural un vínculo sólido entre la universidad y las entidades laborales,
materializado a través del grupo de estudiantes, los profesores y los tutores a
cargo de estos primeros con el fin de cumplimentar los objetivos de las
prácticas laborales.
El vínculo universidad-comunidad se establece
en el compromiso social de la primera en satisfacer la demanda de profesionales
preparados y capaces de enfrentar los problemas sociales que afectan a la
segunda. En este sentido, las universidades han cambiado su mirada hacia la
profesionalización de sus carreras y han establecido la importancia de formar
personas no solo con el conocimiento adecuado para entender la realidad social,
sino también capaces de enfrentarla y modificarla. Por ello es la importancia
de formar a partir de la práctica.
La
práctica laboral permite vincular a los estudiantes por tiempo determinado con
las entidades laborales
de base, relacionadas con las diferentes esferas de
actuación desde inicios de la carrera, vincularlos en el propio medio donde
laborarán una vez graduados y que les permitirá aplicar los conocimientos,
habilidades y actitudes inherentes a la profesión adquiridas en su formación
curricular, así como estimula la adquisición, actualización y perfeccionamiento
de estas y por demás, los prepara para el ejercicio profesional de culminación
de estudios.
Durante la práctica pre-profesional, los
estudiantes se insertan en una institución jurídica donde labore al menos, un
Licenciado en Derecho y en ellas deben desarrollar acciones seguidas por un
tutor, que al mismo tiempo será el encargado de profundizar en lo aprendido por
el estudiante desde el nivel teórico.
Conclusiones
El tutor y la tutoría como actividad social, han estado presentes a lo largo del desarrollo de la sociedad, siempre en correspondencia con las características de cada época y contextos históricos donde se ha llevado a cabo. Prevalecen diversas definiciones, enfoques e interpretaciones sobre la tutoría y la figura del tutor, así como de su desempeño profesional pedagógico.
En
la formación de los profesionales del Derecho ha estado presente de manera
significativa, la práctica laboral que se desarrolla en cada año académico, la que refuerza el vínculo
directo entre los componentes académico, investigativo y social, en lo cual
juega un papel primordial la figura del tutor. El desarrollo de este ejercicio
es uno de los eslabones más importantes que se enlaza en todo el proceso
académico para conseguir un resultado de aprendizaje que articule
satisfactoriamente el saber, saber ser y saber hacer.
En
las diferentes etapas por la que ha transcurrido la formación del Licenciado en
Derecho, la presencia del tutor fue muy escasa, ya que su desempeño profesional
pedagógico se limitó fundamentalmente a la dirección de la actividad científica
estudiantil. Con la universalización de la Educación Superior, el tutor comenzó a desarrollar un papel más
significativo, sin que por ello su desempeño respondiera a las necesidades
demandadas por el proceso formativo del Licenciado en Derecho.
La concepción del desempeño
profesional pedagógico del tutor se supedita, directamente, al
contexto y la cultura en que se formula y se desarrolla; por ello, para el caso
del análisis de esta figura en las entidades laborales de base de la carrera
Derecho, se entiende como un proceso que responde a la formación integral de
los estudiantes, desde la
interacción entre los métodos de trabajo del jurista con los métodos de
enseñanza aprendizaje profesional, a partir de las características
propias de la profesión, contextualizada a las condiciones y el modelo de
formación en la
Educación Superior cubana.
El
desempeño profesional pedagógico del tutor en la carrera Licenciatura en
Derecho de la Universidad de Sancti Spíritus “José Martí Pérez”, se ha
caracterizado por la falta de integralidad en las acciones realizadas, motivado
por la insuficiente preparación pedagógica que poseen los tutores para
desempeñarse en correspondencia con las particularidades del Modelo de
formación del Licenciado en Derecho en el desarrollo de la práctica laboral.
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